Quirónsalud
Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital
El 30 de junio se celebra el Día Mundial de las Redes Sociales, una fecha que destaca la influencia y el alcance de estas plataformas en nuestras vidas cotidianas. Desde su aparición, las redes sociales han transformado la manera en que nos comunicamos, interactuamos y consumimos información. Sin embargo, este fenómeno también ha traído consigo una serie de desafíos y problemas, entre los que destaca la adicción a las redes sociales. Este artículo explora cómo detectar un problema con las redes sociales y las consecuencias psicológicas de dicha adicción, proporcionando herramientas y estrategias para abordar este creciente desafío.
La detección temprana de un problema con las redes sociales es crucial para prevenir una dependencia mayor y sus posibles consecuencias. Los signos de una adicción pueden variar, pero algunos indicadores comunes incluyen:
La adicción a las redes sociales puede tener varias consecuencias negativas tanto a nivel psicológico como físico:
En definitiva, las redes sociales, aunque son herramientas poderosas para la comunicación y el acceso a la información, también pueden convertirse en una fuente significativa de problemas si no se utilizan de manera equilibrada. En el Día Mundial de las Redes Sociales, que se celebra todos los años el día 30 de junio, es fundamental reflexionar sobre el impacto que estas plataformas tienen en nuestras vidas y tomar medidas proactivas para asegurar que su uso sea saludable y beneficioso. Detectar a tiempo los signos de un problema y entender las consecuencias de la adicción es el primer paso para abordar y mitigar estos efectos negativos. La responsabilidad de los psicólogos en estos casos es proporcionar orientación y apoyo a aquellos que luchan con la adicción a las redes sociales, promoviendo un uso más consciente y equilibrado de estas plataformas.
Joan Francesc Serra Pla, Psicólogo clínico infantojuvenil adjunto de Hospital Quirónsalud Digital.
La anorexia y la bulimia nerviosa son dos de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes que se caracterizan por un cambio en los hábitos de alimentación debido a una preocupación excesiva por aquello que se come. Este comportamiento, influye negativamente tanto en la conducta como en la salud física.
Tanto la anorexia como la bulimia nerviosa son trastornos graves que comparten algunos síntomas, pero tienen características y comportamientos distintos que conviene conocer para detectarlas lo antes posible.
A pesar de que en muchos casos se confunden, las diferencias entre la anorexia y la bulimia son bastante claras.
Las características principales de la anorexia nerviosa son:
Los síntomas físicos que suelen presentar quienes padecen anorexia son:
Por su parte, la bulimia nerviosa se caracteriza principalmente por:
Los pacientes con bulimia nerviosa, manifiestan lo siguientes síntomas físicos:
Una vez que se tienen claras las características de ambos trastornos, es más sencillo percibir sus diferencias:
Métodos de control del peso:
Anorexia nerviosa: se caracteriza principalmente por la restricción severa de la ingesta de alimentos.
Bulimia nerviosa: involucra ciclos de atracones seguidos de comportamientos compensatorios como el vómito o el uso de laxantes.
Peso corporal:
Anorexia nerviosa: las personas que la sufren suelen tener un peso significativamente bajo.
Bulimia nerviosa: aquellos que la padecen pueden tener un peso normal o incluso sobrepeso, a pesar de sus comportamientos extremos.
Percepción de la ingesta:
Anorexia nerviosa: la restricción es continua y persistente.
Bulimia nerviosa: hay episodios de pérdida de control seguidos de comportamientos extremos para evitar el aumento de peso.
Estos dos trastornos alimentarios presentan muchas semejanzas, motivo por el que a algunas personas les cuesta diferenciarlas. Las principales son:
Preocupación extrema por el peso y la forma corporal.
Distorsión de la imagen corporal.
Consecuencias graves para la salud física y mental.
Riesgo de complicaciones médicas y psicológicas, incluyendo la muerte en casos muy graves.
El tratamiento de la anorexia y la bulimia nerviosa debe constar de un abordaje multidisciplinar en el que intervengan profesionales de diversos ámbitos. En ocasiones las terapias son similares y en otras, cada uno de los trastornos requiere un proceso distinto:
1. Terapia psicológica:
El tratamiento psicológico se basa en tres pilares principalmente:
Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos relacionados con la alimentación, la imagen corporal, los atracones o las conductas compensatorias. Es el más eficaz para la bulimia.
Terapia familiar: especialmente eficaz en adolescentes, involucra a la familia en el proceso de tratamiento para apoyar cambios saludables y mejorar la comunicación.
Terapia individual: puede incluir enfoques como la terapia dialéctico-conductual (TDC) o la terapia interpersonal para abordar problemas emocionales subyacentes.
Terapia interpersonal (TIP): se enfoca en mejorar las relaciones personales y la comunicación, abordando problemas interpersonales que pueden contribuir al trastorno.
Terapia dialectico-conductual (TDC): es útil para aquellos con síntomas severos o comorbilidades. Enseña habilidades para manejar las emociones intensas y reducir los comportamientos impulsivos.
2. Asesoramiento nutricional:
Trabajar con un dietista o un nutricionista especializado en trastornos alimentarios para desarrollar un plan de alimentación equilibrado que promueva una relación saludable con la comida es imprescindible una vez que el paciente ha reconocido que tiene una relación problemática con la comida.
3. Atención médica:
Para tratar los problemas de salud derivados de una mala alimentación, se requiere:
Supervisión regular de la salud física por un médico para monitorear el peso, los niveles de electrolitos y otras funciones corporales críticas.
En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización o el tratamiento en un centro especializado para estabilizar el peso y tratar posibles complicaciones médicas como la erosión dental o la inflamación esofágica.
4. Medicación:
Aunque no hay medicamentos específicos aprobados para tratar la anorexia, algunos antidepresivos o antipsicóticos pueden ser útiles para paliar síntomas concurrentes como la depresión, la ansiedad o los trastornos obsesivo-compulsivos.
En el caso de la bulimia, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) presentes en los antidepresivos, como la fluoxetina, son eficaces para reducir los episodios de atracones y purgas, así como para tratar la depresión y la ansiedad concurrentes.
5.Grupos de apoyo:
Participar en grupos de apoyo donde las personas puedan compartir sus experiencias y recibir apoyo de otros que enfrentan desafíos similares.
En la prevención de los trastornos alimentarios deben intervenir diferentes agentes, entre los que destacan la familia, la comunidad científica y la sociedad en general.
1. Educación y concienciación:
Programas educativos en escuelas y comunidades para aumentar la conciencia sobre los trastornos alimentarios y promover una imagen corporal positiva.
Fomentar la educación sobre nutrición y hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana.
2. Promoción de una imagen corporal saludable:
Desafiar y cambiar los estándares de belleza poco realistas en los medios de comunicación y en la cultura popular.
Promover la aceptación de la diversidad corporal y el respeto por diferentes formas y tamaños físicos.
3. Apoyo familiar y social:
Fomentar entornos familiares y sociales que apoyen la autoestima y el bienestar emocional.
Ofrecer recursos y apoyo a los padres o los cuidadores para que puedan reconocer signos tempranos de trastornos alimentarios y saber cómo responder adecuadamente.
4. Reducción del estrés y la presión:
Enseñar habilidades de afrontamiento para manejar el estrés y la presión académica, social y deportiva que pueden contribuir al desarrollo de trastornos alimentarios.
Promover el equilibrio entre las actividades académicas, recreativas y el descanso.
5. Atención a los factores de riesgo:
Identificar y apoyar a individuos con factores de riesgo elevados, como antecedentes familiares de trastornos alimentarios, perfeccionismo extremo o problemas emocionales.
Ofrecer acceso a servicios de salud mental para tratar problemas emocionales subyacentes antes de que se desarrollen en trastornos alimentarios.
La prevención, la detección y el tratamiento temprano son fundamentales para prevenir o frenar un trastorno de la conducta alimentaria. El estrés social, académico o deportivo al que están sometidos muchos adolescentes, sumado a los estándares de belleza social actuales y a las vulnerabilidades psicológicas personales, hacen que empezar a desarrollar un TCA sea más fácil de lo que imaginamos. Como sociedad y como individuos, podemos tener un papel muy importante en esta prevención, y debemos ser conscientes de ello.
Joan Francesc Serra i Pla, psicólogo clínico especialista en el ámbito infantojuvenil, adjunto en el Hospital Quirónsalud Digital.
La hibristofilia es un fenómeno psicológico complejo en el que una persona siente una atracción sexual o romántica hacia individuos que han cometido actos delictivos o comportamientos socialmente inaceptables, particularmente aquellos de naturaleza violenta o criminal. Esta atracción surge de una variedad de motivaciones psicológicas, que pueden incluir una fascinación por el poder, la peligrosidad o la transgresión de normas sociales.
Desde una perspectiva psicológica, la hibristofilia está relacionada con una serie de factores, tales como la búsqueda de emociones intensas, el deseo de dominación o sumisión, la fantasía de redención o transformación del individuo delincuente o incluso la identificación con el comportamiento delictivo como una forma de rebelión contra normas sociales percibidas como opresivas o restrictivas.
Es importante destacar que la hibristofilia puede presentar riesgos significativos para la persona que la experimenta, ya que lleva a tener relaciones disfuncionales o incluso peligrosas con individuos que representan una amenaza para la seguridad y el bienestar emocional. En la práctica clínica, es crucial abordar esta atracción desde una perspectiva terapéutica para comprender sus raíces subyacentes y ayudar a la persona a desarrollar relaciones saludables y satisfactorias.
La atracción por personas tóxicas surge de una combinación de factores psicológicos, emocionales y sociales complejos. Algunas causas de esta atracción son:
Patrones de apego disfuncionales: las experiencias tempranas de apego inseguro o traumático pueden influir en la forma en que una persona percibe las relaciones. Aquellos que han experimentado relaciones de apego inseguro pueden sentirse atraídos por personas tóxicas como una forma de repetir patrones familiares o buscar familiaridad, aunque sean perjudiciales.
Baja autoestima y autoconcepto negativo: las personas con baja autoestima pueden sentirse más inclinadas a buscar validación externa, incluso si proviene de relaciones tóxicas. Pueden creer que no merecen relaciones saludables y se conforman con aquellas que les hacen sentir poco valorados o maltratados.
Necesidad de rescatar o ser rescatado: algunas personas se sienten atraídas por individuos problemáticos porque creen que pueden "arreglarlos" o ayudarles a cambiar. Esto puede ser un reflejo de un deseo subyacente de sentirse necesitados o importantes para alguien más.
Falta de límites personales: quienes tienen dificultades para establecer límites personales claros pueden ser más propensos a atraer o ser atraídos por personas tóxicas que violan esos límites. Pueden tener dificultades para reconocer comportamientos dañinos o para alejarse de relaciones perjudiciales.
Adicción a la emoción: algunas personas se sienten atraídas por la intensidad emocional que acompaña a las relaciones tóxicas. La excitación o la adrenalina que proviene de la constante turbulencia pueden volverse adictivas, incluso si son emocionalmente agotadoras.
Modelos de rol: la observación de relaciones tóxicas en el entorno familiar o social puede normalizar este tipo de comportamiento y hacer que alguien lo vea como una parte natural de las relaciones. Pueden estar acostumbradas a lidiar con la tensión y el conflicto y, por lo tanto, sentirse más cómodas en ambientes de este tipo que con la estabilidad emocional.
Las personas con hibristofilia pueden exhibir una serie de características particulares, como por ejemplo verse metidas repetidamente en dinámicas de poder y sumisión. Inconscientemente les atrae la idea de dominar o ser dominadas por alguien, a quien a menudo idealizan viéndolo como figura rebelde o romántica. Acostumbran a pasar por alto o minimizar los aspectos negativos de su comportamiento y enfocarse en cualidades que encuentran atractivas o emocionantes.
Algunas fantasean con la idea de redimir o transformar al delincuente, creyendo que son capaces de cambiar su comportamiento o ayudarlos a encontrar el camino hacia una vida más positiva. En este sentido, la experimentación de experiencias emocionales intensas puede satisfacer su necesidad de emoción y aventura.
También es frecuente que tengan dificultades para establecer límites saludables en las relaciones y pueden tolerar o justificar comportamientos dañinos por parte del delincuente.
No obstante, estas características pueden manifestarse de manera diferente en cada persona. Además, la hibristofilia puede variar en intensidad y puede llegar a suponer un problema que requiere de atención y comprensión desde una perspectiva terapéutica más profunda.
Detectar la hibristofilia en alguien puede ser difícil, ya que no es algo que se manifieste claramente en el comportamiento cotidiano. Sin embargo, hay algunas señales que podrían indicar la presencia de esta atracción:
Obsesión, fascinación o idealización de criminales famosos: si la persona muestra un interés excesivo por delincuentes notorios, sigue noticias sobre crímenes con entusiasmo o consume contenido relacionado con los delitos de manera constante, podría ser una señal de hibristofilia. También puede idealizarlos pasando por alto sus acciones perjudiciales y centrándose en cualidades que considera atractivas o emocionantes.
Relaciones anteriores con delincuentes: si la persona tiene un historial de relaciones románticas o amistades cercanas con individuos que han tenido problemas con la ley, podría ser una señal.
Búsqueda de emociones intensas o peligrosas: si la persona tiende a buscar experiencias emocionales intensas o peligrosas y parece ser atraída por la idea de vivir al límite o desafiar las normas sociales, podría ser una indicación.
Dificultades para establecer límites en relaciones: si la persona parece tener dificultades para establecer límites saludables en relaciones y tolera comportamientos dañinos por parte de su pareja o amigos, podría ser un indicio.
Es importante tener en cuenta que estas señales por sí solas no confirman la presencia de hibristofilia, ya que muchos de estos comportamientos también pueden tener otras explicaciones. Si tienes preocupaciones acerca de la hibristofilia en ti mismo o en alguien más, es recomendable buscar orientación profesional de un psicólogo especializado en relaciones y atracciones atípicas.
Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico adjunto en la Unidad de salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital.
Todo cambio en psicología implica un proceso, una sucesión de pequeñas etapas que se van alcanzando en el tiempo. En este sentido, no hay fórmulas mágicas de resultado inmediato. Sin embargo, en terapia de pareja, el progreso puede observarse desde las primeras sesiones.
En primer lugar, se procurará descubrir qué ha llevado a la pareja hasta la situación actual: ¿ha surgido una tercera persona? ¿Es una relación asimétrica dónde una parte se impone sin respetar al otro? O bien, como ocurre en tantas ocasiones, ¿el desgaste de la convivencia, las dificultades del día a día y una comunicación deficiente han terminado por hundir a la pareja en una crisis profunda?
Si la causa puede identificarse con claridad las soluciones se alcanzarán mediante acuerdos de pareja o aplicando técnicas de solución de problemas. Sin embargo, cuando la interacción entre ambos falla, será necesario modificar el estilo comunicativo de la pareja practicando la llamada comunicación empática entre ellos.
Todo aquello que provoque malestar psicológico y que, tras diferentes intentos, no se consigue aliviar, es susceptible de tratarse en terapia de pareja. Veamos algunas señales.
El respeto es un requisito básico para cualquier relación personal. Por ello, si se están vulnerando derechos fundamentales es aconsejable interrumpir la convivencia.
Sin embargo, el respeto en un sentido más amplio, implica dejar ser al otro en su original personalidad y potenciarla para que alcance la tan deseada mejor versión de sí mismo. En este sentido, pueden darse faltas de respeto sutiles, y no por ello menos dañinas, que aconsejen la intervención.
Cuando el diálogo cede paso a la discusión y ésta a la agresión verbal mediante gritos, frases hirientes e incluso insultos, ha llegado el momento de buscar ayuda profesional.
La ausencia de discusiones no garantiza la buena marcha de la relación, pues puede ocurrir que la comunicación sea inexistente. En estos casos, la tristeza y la desmotivación son señales inequívocas de crisis en la pareja.
No es raro que, dadas las diferencias personales en la expresión de la sexualidad, esta sea una de las consultas más frecuentes en terapia de pareja.
Estas señales no deben confundirse con la evolución natural del amor de pareja (amor erótico, romántico y maduro) donde la intensidad de lo emocional da paso a una relación más madura y confiada.
En primer lugar, serán precisas sesiones evaluativas individuales y conjuntas. Esta etapa resulta ya muy positiva, pues comprender, e incluso poner nombre, a las conductas y sentimientos de cada uno, ya supone un alivio de la carga que traen consigo.
Algunos conceptos básicos que se descubren en esta fase son:
Coerción: consiste en juzgar negativamente a la pareja, presionándola con actitudes hostiles para que cambie. Suele darse al comienzo del deterioro en la relación de pareja.
Vilipendios: aparecen si la coerción continua. Entonces, se formulan hipótesis que atribuyen al otro las causas de las dificultades. Se piensa que la situación se origina como consecuencia de la forma de ser del otro y este discurso interno termina con la crítica abierta hacia la otra parte de la pareja.
Polarización: se desarrolla con la reafirmación constante de la hipótesis anterior, que conduce a la inmovilización en la propia postura y a que los miembros de la pareja se estanquen cada uno en su posición, completamente opuesta a la del otro.
En todos estos procesos, se observa una ausencia de comunicación honesta y empática y por ello, la terapia de pareja se dirigirá a remediar esta carencia. Como se entiende que todo el proceso es esencialmente vivencial, los participantes trabajan con propuestas que han de practicar en casa y durante las sesiones utilizando los métodos de la terapia integral de pareja que incluye técnicas de aceptación y tolerancia, role playing y cambio propuestas.
Los acuerdos de pareja con mediación del terapeuta suponen una alternativa válida cuando otras técnicas no son eficaces. A su vez el psicólogo de pareja procurará fomentar un adecuado intercambio de refuerzos positivos que, según estudios acreditados, caracteriza la relación en parejas exitosas. Para materializar esta propuesta terapéutica se utilizan actividades como la caja de los deseos o el listado de actividades gratificantes en pareja.
Mónica Sagardoy Fidalgo, Psicóloga General Sanitaria en Hospital Quirónsalud Digital
La profesión de enfermería debe cuidar los diferentes aspectos que rodean una salud completa, por lo que, durante el embarazo, no debemos olvidar la importancia de mantener una adecuada salud mental materna.
Durante la gestación, la salud mental materna puede afectar directamente tanto a la propia madre como al bebé. El estrés, la ansiedad y la depresión no solo tienen consecuencia en la salud física de la madre, se ha demostrado que también puede influir en el desarrollo del feto y en el propio proceso de parto.
Las mujeres que experimentan altos niveles de estrés durante el embarazo tienen un mayor riesgo de complicaciones, como partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer. Además, las mujeres que reciben apoyo para manejar el estrés y la ansiedad tienden a presentar una adecuada salud mental materna y, con ello, embarazos más saludables.
Las enfermeras especialistas en obstetricia y ginecología, también llamadas matronas, desempeñan un papel crucial al brindar apoyo emocional y educación sobre la importancia de cuidar la salud mental materna. Al estar en contacto directo con las mujeres embarazadas, las matronas pueden identificar signos tempranos de problemas de salud mental y ofrecer recursos y derivaciones a profesionales especializados en caso necesario.
Es muy importante que las matronas adopten un enfoque holístico para el cuidado de las mujeres embarazadas, que incluye la salud mental como un componente integral. Esto implica, no solo brindar atención médica, sino también ofrecer un espacio seguro para que las mujeres expresen sus preocupaciones y miedos, así como proporcionar información sobre técnicas de afrontamiento y autocuidado.
Para asegurar un apoyo efectivo en la salud mental materna durante el embarazo, las matronas y los centros ginecobstétricos pueden seguir ciertas directrices concretas como, por ejemplo:
Realizar una evaluación temprana de salud mental materna desde las primeras consultas prenatales para identificar factores de riesgo y problemas emocionales en etapas iniciales.
Crear un ambiente de confianza donde las mujeres se sientan cómodas hablando de sus emociones, miedos y preocupaciones sin temor a ser juzgadas.
Proporcionar información sobre la importancia de la salud mental materna durante el embarazo, posibles riesgos y cómo pueden afectar tanto a la madre como al bebé.
En caso de identificar problemas de salud mental más graves, como depresión o ansiedad severa, es fundamental derivar a las mujeres a profesionales de la salud mental especializados para recibir el tratamiento adecuado.
Ofrecer apoyo emocional continuo a lo largo del embarazo, brindando escucha activa, empatía y validación de las emociones de las mujeres.
Educar a las mujeres sobre la importancia del autocuidado, fomentar hábitos saludables como la práctica de ejercicio físico, de relajación, mindfulness y técnicas de afrontamiento del estrés.
Facilitar la participación en grupos de apoyo donde las mujeres embarazadas puedan compartir experiencias, sentirse comprendidas y recibir el apoyo de otras personas que estén pasando por situaciones similares.
Si es preciso, trabajar en colaboración con la red de apoyo de la mujer embarazada, incluyendo pareja, familiares y amigos.
Prestar especial atención a la salud mental de las madres durante el puerperio con el objetivo de lograr una lactancia materna satisfactoria y detectar a tiempo los casos de depresión postparto.
Al seguir estas directrices, las matronas pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción de la salud mental materna durante el embarazo, contribuyendo a un embarazo más saludable y a un mejor bienestar tanto de la madre como del bebé.
Para concienciar a la población de la importancia de prevenir y tratar los trastornos psicológicos durante el embarazo y el postparto, todos los años se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna el primer miércoles de mayo.
El mensaje principal de este evento es "la salud mental materna importa" y uno de sus principales objetivos es normalizar los trastornos que surgen en esta época de la vida de las mujeres para que las afectadas no se encuentren solas y sientan la confianza suficiente como para compartir sus sentimientos con sus allegados y con los especialistas médicos.
María Cantos Sánchez de Ibargüen, Coordinadora de Matronas del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Valle de Henares
Joan Francesc Serra Pla, Psicólogo clínico en Hospital Quirónsalud Digital
La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos. En este blog, profesionales expertos en psicología y psiquiatría nos invitan a profundizar en los distintos aspectos que influyen en la salud y bienestar mental con el objetivo de comprenderla, cuidarla y desterrar tabúes y estigmas.
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