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Blog del Dr. Francois Peinado. Urología. Hospital Universitario Ruber Juan Bravo
Un artículo reciente en el International Journal of Impotence Research argumenta que los medicamentos para la disfunción eréctil (DE), específicamente los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (iPDE5) como pueden ser la Viagra o el Cialis, son fundamentales para la salud física y mental de muchos hombres y sus parejas. El autor sugiere que estos fármacos deberían ser accesibles para todos los hombres que los necesiten, de manera similar a cómo se proporciona anticoncepción a las mujeres que la requieren.
Importancia de los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5
Los iPDE5, como el sildenafilo (Viagra), el tadalafilo (Cialis), el vardenafilo (Levitra) y el avanafilo (Spedra), han revolucionado el tratamiento de la DE debido a su alta efectividad y facilidad de uso. Estos medicamentos actúan relajando el músculo liso del pene y favoreciendo la entrada de sangre, lo que facilita la erección en respuesta a la estimulación sexual. Su eficacia ha sido ampliamente demostrada en diversos estudios clínicos, y se consideran el tratamiento de primera línea para la mayoría de los pacientes con DE.
Beneficios adicionales para la salud cardiovascular
Más allá de su función principal en el tratamiento de la DE, investigaciones recientes han indicado que los iPDE5 pueden ofrecer beneficios cardiovasculares significativos. Se ha descubierto que estos inhibidores presentan beneficios vasculares sistémicos al mejorar la función endotelial, lo que podría contribuir a la reducción de eventos cardiovasculares adversos.
Acceso equitativo y consideraciones económicas
El autor del artículo aboga por que estos fármacos estén disponibles para todos los hombres que los necesiten, independientemente de su capacidad económica. Se argumenta que, al igual que los anticonceptivos se proporcionan a las mujeres para controlar su salud reproductiva, los hombres deberían tener acceso a tratamientos que mejoren su salud sexual y, potencialmente, su salud cardiovascular. La falta de acceso puede llevar a una disminución en la calidad de vida y posibles riesgos de salud no abordados.
Seguridad y supervisión médica
Aunque los iPDE5 son generalmente seguros y bien tolerados, es esencial que su uso sea supervisado por profesionales de la salud. La evaluación médica adecuada puede identificar contraindicaciones y garantizar que el tratamiento sea seguro y efectivo para cada individuo. Por ejemplo, estos medicamentos están contraindicados en pacientes que utilizan nitratos debido al riesgo de hipotensión severa.
Impacto en la calidad de vida
La DE no solo afecta la salud física, sino también el bienestar emocional y la calidad de vida de los hombres y sus parejas. El acceso a tratamientos efectivos como los iPDE5 puede mejorar significativamente la autoestima, las relaciones interpersonales y la satisfacción general con la vida. Además, abordar la disfunción eréctil de manera efectiva puede reducir el estrés y la ansiedad asociados con esta condición.
Conclusión
Los fármacos para la erección han demostrado ser una herramienta eficaz y segura en el tratamiento de la disfunción eréctil, con beneficios adicionales potenciales para la salud cardiovascular. Garantizar el acceso equitativo a estos tratamientos es fundamental para la salud y el bienestar de muchos hombres y sus parejas. La implementación de políticas que faciliten este acceso podría tener un impacto positivo significativo en la salud pública, mejorando la calidad de vida y reduciendo las disparidades en la atención médica.
Este artículo destaca la necesidad de reevaluar cómo se distribuyen y financian los tratamientos para la disfunción eréctil, considerando sus amplios beneficios y la importancia de la equidad en la atención médica.
La famosa Viagra (Sildenafilo) comenzó a comercializarse en 1998 y supuso una auténtica revolución, al ser el primer fármaco por vía oral capaz de producir una erección de manera fiable.
Como en tantas otras ocasiones en la historia de la medicina, su descubrimiento fue casual: un medicamento que se utilizaba para el corazón inducía erecciones de forma accidental. A partir de ahí, se iniciaron investigaciones y el posterior desarrollo del fármaco. El efecto final del medicamento es la vasodilatación de los vasos sanguíneos del pene.
Llegó a convertirse en el fármaco más vendido en el mundo y, en los 3 primeros meses del año 1998, Pfizer (el laboratorio que lo desarrolló) ganó más de 400 millones de dólares. Según algunas estimaciones en las últimas décadas la Viagra ha generado unas ventas anuales de más de 1.800 millones de dólares.
Recientemente el diario británico The Guardian publicaba un artículo en el que se muestra el esfuerzo que realiza la industria farmacéutica para encontrar nuevos fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil, ahora que las patentes que hay en el mercado se están agotando, lo que permite que los laboratorios genéricos puedan lanzar al mercado fármacos con menor coste para el paciente.
Sin duda se trata de un mercado emergente: en el año 2025, más de 300 millones de hombres en el mundo padecerán de disfunción eréctil. El aumento de la longevidad, las enfermedades vasculares y la obesidad, unido al deseo de mantener una vida sexual activa durante más años, hace que cada vez acudan más hombres y de mayor edad a nuestras consultas. Cada vez son más los pacientes mayores de 80 años que desean seguir disfrutando del sexo.
Desde la aparición de la Viagra han surgido fundamentalmente otros 3 fármacos orales, que se diferencian en sus dosis (algunos son de dosis diaria y otros actúan de forma más rápida) y efectos. El propósito final es impedir la relajación del pene cuando alcanza una erección, siempre que exista deseo sexual. En general, la respuesta suele ser positiva en el 70% de los casos. En la mayoría de estos fármacos, la toma de alimentos puede reducir sus efectos.
La llegada posterior del Cialis (Tadalafilo) también revolucionó el tratamiento. Con un período de acción de más de 30 horas, los hombres podían utilizar este fármaco durante el fin de semana sin tener que estar pendientes de su ingesta 1 hora antes de la relación.
Los efectos secundarios más frecuentes de los medicamentos para la erección son dolor de cabeza, molestias estomacales y/o dolor muscular, aunque suelen desaparecer. Son fármacos que a lo largo de la historia ha demostrado un perfil de seguridad elevadísimo
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