Quirónsalud
Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid
Tratamiento
Los tratamientos disponibles para el TDAH-A, especialmente los estimulantes, tienen unos tamaños de efecto muy altos. Los regímenes complejos y difíciles de cumplir por el paciente reducen drásticamente la adherencia a cualquier tratamiento. Dado que la disfunción cognitiva es común en el TDAH-A, es esencial que el tratamiento sea simple y estructurado. La enseñanza del cumplimiento de rutinas diarias y la incorporación de aplicaciones de telefonía móvil con alertas audibles, recordatorios y calendario, son fundamentales.
El tratamiento de elección es el multimodal, e incluye tratamiento psicosocial combinado con farmacoterapia.
Tratamiento psicosocial
Proporcionado habitualmente por psicólogos, psicopedagogos o psiquiatras (en general, profesionales formados en el TDAH-A), incluye la psicoeducación específica para pacientes y familias, y el tratamiento cognitivo conductual (típicamente se basa en desarrollar habilidades y rutinas enfocadas a la organización, priorización y gestión del tiempo y a la eliminación de potenciales ideas con tendencias autodestructivas, como la desmoralización o una presentación autodepredadora de una depresión). El coaching para el TDAH-A y el ejercicio físico también pueden ser beneficiosos, evitando la procrastinación y proporcionando complementariamente mejorías en las FE mediante la formación del paciente en habilidades de organización y de gestión del tiempo. En la práctica clínica, el rendimiento y la eficiencia terapéutica son mayores cuando las intervenciones psicosociales se administran junto a la farmacoterapia como parte de un enfoque terapéutico multimodal.
Fármacos estimulantes
Son los medicamentos de primera línea para el TDAH-A. El metilfenidato y la lisdexanfetamina, ambos agonistas dopaminérgicos, han mostrado su efectividad y seguridad en diversos estudios controlados, ya que mejoran no solo los síntomas y el deterioro asociado a los síntomas centrales, sino también, mediante la mejora cognitiva, problemas concomitantes tales como la conducción de vehículos, la obesidad, la baja autoestima, la ansiedad, la irritabilidad y los cambios en el humor, así como el funcionamiento social y familiar. Existen diversas variedades de estimulantes para el tratamiento del TDAH, algunas ausentes en nuestro medio como las sales mixtas de anfetamina o la dextroanfetamina, y otras presentes en España como el metilfenidato, disponible en formulaciones de 12 horas de duración (OROS, con dosis de 18, 27, 36 y 54 mg), de liberación intermedia (7 horas de duración, entre 5 y 50 mg según la marca comercial) y corta (4 horas de duración; de 5, 10 o 20 mg; conllevan mayor riesgo de abuso y mal uso, por lo que se debe ser muy cuidadoso en su prescripción en el TDAH-A).
La eficacia del metilfenidato está demostrada en numerosos ensayos clínicos y metaanálisis. La lisdexanfetamina, el otro estimulante disponible en España, es un profármaco indicado para el tratamiento del TDAH tanto en niños como en adultos en EE.UU. (la indicación en adultos es inminente en España). La eficacia, comparada con placebo, se mantiene 12 horas tras la dosis en niños y entre 14-15 horas en los adultos, mostrando un tamaño de efecto sensiblemente superior al metilfenidato. Sus efectos adversos son los habituales en los estimulantes, como el metilfenidato: disminución del apetito, insomnio de conciliación, sequedad bucal y cefalea, entre otros. De esos otros, el más importante es la posible exacerbación de la ansiedad e irritabilidad, efecto adverso que sesga el resultado del tratamiento y que amerita el uso de estrategias paralelas, como reducir la dosis del estimulante, añadir un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, usar fármacos no estimulantes solos o en asociación con los estimulantes, profundizar en la psicoterapia, u otras. La variedad de formulaciones de los fármacos estimulantes se debe a las diferentes necesidades según la vida media de cada formulación y cada sujeto, pero las fórmulas de larga duración son las de primera elección, puesto que son estables y no solo no crean adicciones, sino que disminuyen el riesgo de abuso o dependencia a sustancias en adolescentes y TDAH-A. Las interacciones de los estimulantes con otros medicamentos son generalmente leves y no preocupantes, aunque los inhibidores de la monoaminooxidasa están contraindicados. El uso concomitante de simpaticomiméticos (pseudoefedrina) o cafeína puede exacerbar las dificultades para dormir o inducir cierta taquicardia. En general, en los pacientes con TDAH-A se deben evitar las vacaciones terapéuticas, aunque sí se deben ajustar las dosis según las circunstancias.
Fármacos no estimulantes
Existen diversos ensayos clínicos con bupropión, antidepresivos tricíclicos, modafinilo o la guanfacina de liberación retardada. Esta última, aunque útil en niños y adolescentes con oposicionismo e irritabilidad regulando las emociones negativas, especialmente en combinación con estimulantes, está pobremente evaluada en cuanto a eficacia, seguridad y tolerabilidad en el TDAH-A, por lo que, aunque parece existir cierta eficacia en este grupo, debería ser estudiada en profundidad en los años venideros. La atomoxetina está aprobada en EE.UU. y España para su uso en el TDAH-A. Las dosis recomendadas en adultos son de 60 a 100 mg/día (empezando como mínimo con 25-40 mg y escalando semanalmente). La eficacia en el TDAH-A es evidente a las tres semanas de uso frente a placebo.
Se ha observado un mayor efecto cuando hay tics, ansiedad y síntomas emocionales significativos. La respuesta de la sintomatología central es de alrededor de un 60%, menor que la de los estimulantes. En general, puede suspenderse sin necesidad de reducir progresivamente la dosis y sin provocar un síndrome de discontinuación ni síntomas de rebote. Los efectos secundarios más frecuentes son dolor abdominal, pirosis, disfunción eréctil y reducción del apetito.
En conclusión, el TDAH-A es una condición clínica subestimada a pesar de ser muy frecuente. El diagnóstico preciso puede mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes gracias a un enfoque terapéutico multimodal que debe incluir farmacoterapia combinada con tratamiento psicosocial.
Si quieres acceso al artículo completo, puedes descargarlo aquí.
Gracias por su comentario Antonio.
Los estimulantes son los fármacos más efectivos.
Saludos desde España.
Gracias por su comentario Bárbara.
Forzosamente debe empezar con 30mg y en dos-tres semanas aproximadamente subir si la dosis es insuficiente, a 50mg. Del mismo modo reevaluar por si fuera conveniente usar algo más de dosis (en los adultos dura más tiempo y hace más efecto que en adolescentes, por lo que es posible que incluso 50mg sean suficientes). Jamás se puede empezar por otra dosis que no sea 30mg, pero siempre reevaluando la necesidad de subirla, que en su caso, es lo más probable, más no seguro, a 50mg.
Un saludo,
Gracias por su comentario Claudia.
Tiene pinta de tener cierta atipicidad, en caso de que además tenga tendencia a los rituales, obsesiones, etc, podría tener Asperger (habría que evaluarlo más seriamente). El TDA puede ir inespecíficamente asociado a cualquier trastorno neurológico o psiquiátrico. Yo mismo podría atenderlo, aunque es más frecuente que sean los psiquiatras de adultos que los neurólogos los que traten estos casos en los Centros de Salud Mental.
Un saludo,
Gracias por su comentario Miguel.
Debería ser transitorio.
Un saludo,
Gracias por su comentario Gloria.
SI hay irritabilidad, o agresión, o síntomas muy oposicionistas, entre otros, puede ser un buen tratamiento. No obstante habría que evaluar el caso más profundamente.
Un saludo,
Gracias por su comentario Carlos.
PIda cita, si lo cree pertinente, a través de mail a privados.mad@quironsalud.es.
Un saludo,
Gracias por su comentario Angel.
Con esa edad que me comenta debe acudir a un doctor especialista en neurología y padecimientos atencionales, como puede ser el Dr. Marcos Llanero en el Hospital Ruber Juan Bravo, 39.
Un saludo,
Gracias por su comentario Carmen.
No, no es peligroso, y como en toda relación que pretenda llegar a buen puerto, hablar con él de la forma más normal y natural. Consulte sobre el TDAH del adulto en el blog para profundizar.
Un saludo,
Gracias por su comentario Rosa.
Comenta un caso complejo, probablemente muy mediatizado por una ansiedad subyacente, y por lo menos, parece que han intentado ayudarla con el Concerta, e incluso un fármaco de elección secundaria como el modiodal. Además el tratamiento puede mejorar la memoria de trabajo, pero no un 100%. Además a veces hay que hacer coaching asociado, o probar a tratar la ansiedad conjuntamente con el concerta de 36mg para que pueda tolerar más dosis o bien usar algo asociado al concerta que permita una mayor atención sin menoscabo de otras comorbilidades. En fin, ..., que hay que verlo y probar y, por desgracia en medicina, no se acierta siempre o no se puede mejorar todo lo que se quiere siempre. Aún así hay muchos más tratamientos que se pueden poner sobre la mesa y explicarlos y si parece sensato , probarlos.
Un saludo,
Gracias por su comentario Natalia.
Paloma Varela (en Mataró si no me equivoco), es excelente. Como es de infantojuvenil (como yo) no sé si se haría cargo, pero seguro que le puede recomendar a alguien de adultos si ella no lo lleva.
Si quiere consulta telemática conmigo es posible, lo que sucede es que en BCN no sé si alguien lleva el mismo protocolo que nosotros, porque solemos pedir pruebas neuropsicológicas (se hacen en un solo día, no son muy largas). Si quiere que la vea yo, podría estar bien hacer una primera entrevista clínica online y aprovechar una bajada a Madrid para hacerle los test una mañana y luego verlo juntos. En todo caso si le interesa esta aproximación o algo similar escriba un mail con su teléfono y nombre a privados.mad@quironsalud.es y la llamamos para tema intendencia.
Un saludo,
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