Ecografía de partes blandas

Una ecografía de partes blandas es una técnica diagnóstica que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia, las cuales producen un eco al incidir sobre los tejidos internos, para obtener imágenes de los órganos y tejidos blandos del interior del organismo.

Diagnóstico por imagenDiagnóstico por imagen

Descripción General

Una ecografía de partes blandas es un procedimiento de diagnóstico por imagen utilizado para evaluar tejidos no óseos del cuerpo. En general, todas las ecografías muestran imágenes de los tejidos blandos, pero se denomina específicamente ecografía de partes blandas al estudio de la piel, el tejido subcutáneo, los músculos, tendones y ligamentos, las mamas, las glándulas tiroides y paratiroides y el tejido conectivo de la pared abdominal, la región inguinal, las extremidades y el cuello.

Su funcionamiento se basa en la aplicación de ondas sonoras de alta frecuencia (ultrasonidos). Una sonda manual denominada transductor se desliza sobre la zona que se debe examinar mientras emite ultrasonidos que, al rebotar contra los tejidos internos, producen un eco que es recogido por el transductor y transformado en imágenes en una computadora. Las imágenes se visualizan en tiempo real en un monitor.

Si es necesario evaluar la vascularización y el riego sanguíneo de una zona determinada, se utiliza la ecografía Doppler de partes blandas, ya que una ecografía ordinaria no puede mostrarlo. En este caso, el transductor dirige las ondas sonoras contra los glóbulos rojos de la sangre.

¿Cuándo está indicada?

La ecografía de partes blandas se utiliza para visualizar y caracterizar diferentes anomalías o lesiones en los tejidos blandos, entre las que se encuentran los siguientes:

  • Hernias en la pared abdominal.
  • Masas, como nódulos, quistes, tumores o granulomas.
  • Ganglios inflamados.
  • Lesiones musculares, tendinosas y ligamentosas, como desgarros, tendinitis o bursitis.
  • Hematomas o inflamaciones postraumáticos.
  • Presencia de cuerpos extraños, como cristales, astillas o esquirlas metálicas.
  • Trastornos circulatorios en las extremidades.

Asimismo, la ecografía de partes blandas se utiliza como guía visual en otros procedimientos diagnósticos, como punciones o biopsias, así como método de control de aquellas zonas donde se ha padecido alguna patología.

¿Cómo se realiza?

La prueba se realiza con el paciente situado sobre una camilla. La posición que debe adoptar depende de la zona que se esté examinando, aunque generalmente se coloca estirado boca arriba o boca abajo. El médico que realiza la prueba extiende sobre la piel del área correspondiente un gel hidrosoluble para facilitar el movimiento del transductor, favorecer el desplazamiento de los ultrasonidos y eliminar bolsas de aire que puedan afectar al paso de las ondas y a la calidad de la imagen. El especialista desplaza suavemente el transductor sobre la zona en distintas direcciones para obtener imágenes con diferentes perspectivas que se van mostrando en la pantalla a medida que se desarrolla la prueba.

Riesgos

La ecografía de partes blandas en un procedimiento inocuo que no presenta riesgos ni efectos secundarios, ya que no es invasivo y no implica exposición a radiación ni inyección de líquidos de contraste.

Qué esperar de una ecografía de partes blandas

Antes de situarse sobre la camilla, el paciente debe quitarse la ropa que cubra la zona que se va a evaluar. Según la parte del cuerpo que se examine, el centro médico le puede proporcionar una bata para cubrirse. No es necesario administrar al paciente ningún tipo de anestesia o sedación para realizar el estudio. El paciente debe mantenerse inmóvil durante el desarrollo de la prueba aunque, en función de qué se esté observando, se le puede pedir que cambie de posición, que contenga la respiración o que exhale sin dejar que salga el aire (maniobra de Valsalva), especialmente en los casos de hernias.

La ecografía es una prueba indolora. Simplemente se puede notar una sensación fría y húmeda cuando se aplica el gel sobre la piel y una ligera presión mientras el transductor se desplaza. Sin embargo, si se está examinando una zona en la que existía dolor, es posible que la molestia aumente.

La duración de la ecografía depende del área que se evalúe y de la complejidad del caso, aunque suele estar entre 15 y 30 minutos. Una vez finalizada la prueba, se retira el gel de la piel y el paciente puede retomar su rutina sin problemas, ya que se trata de una prueba ambulatoria para la cual no es necesario ingresar en el centro médico ni aplicar cuidados posteriores.

Especialidades en las que se solicita la ecografía de partes blandas

Siendo un procedimiento que estudia diversas zonas corporales, son varias las especialidades que pueden solicitar una ecografía de partes blandas. Entre ellas se incluyen medicina familiar y comunitaria, medicina interna, oncología, endocrinología, cirugía general y aparato digestivo, traumatología, angiología o ginecología y obstetricia.

Cómo prepararse

En general, para una ecografía de partes blandas no es necesaria una preparación previa específica, aunque es recomendable acudir con ropa cómoda. Sin embargo, si se va a examinar la zona pélvica o abdominal, es probable que se le indique al paciente que no ingiera alimentos ni bebidas en las horas anteriores a la prueba, con el fin de no perjudicar la calidad de las imágenes. En el caso de que la ecografía se realice como apoyo y guía de una biopsia u otro procedimiento invasivo, es posible que el paciente necesite firmar un formulario de consentimiento.