Tendinitis
¿Por qué se produce la tendinitis? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento de esta patología.
Síntomas y causas
Se denomina tendinitis a la inflamación de los tendones, que son cordones fibrosos de tejido resistente y flexible que conectan los músculos a los huesos. Su función es transferir la fuerza generada por los músculos para ayudar a mover la estructura ósea a la que están conectados. Es un tipo de lesión muy relacionado con la práctica deportiva.
La tendinitis puede suceder en cualquier tendón del cuerpo, aunque en algunos ocurre más frecuentemente. Los tipos de tendinitis más habituales son:
- Codo de tenista o epicondilitis lateral: inflamación de los tendones que unen los músculos del antebrazo a la parte externa del codo.
- Codo de golfista o epicondilitis medial: inflamación de los tendones que flexionan la palma de la mano hacia la muñeca.
- Tendinitis de Aquiles: afecta al tendón que conecta los músculos de las pantorrillas con el hueso del talón.
- Tendinitis rotuliana: inflamación del tendón que conecta la rótula con la tibia.
- Tendinitis del manguito rotador: afecta a los tendones de la articulación del hombro.
- Tendinitis de Quervain: afecta a los tendones que extienden el pulgar alejándolo de la mano.
- Dedo en gatillo o tendinitis flexora digital: inflamación de los tendones flexores que cierran los dedos de la mano. Los dedos se quedan bloqueados en posición flexionada.
- Tendinitis bicipital: inflamación del tendón que une el bíceps con el omóplato.
- Tendinitis poplítea: afecta al tendón que conecta los músculos de la parte posterior del muslo con la parte superior de la tibia.
- Tendinitis de cadera: inflamación de los tendones que unen el trocánter con la musculatura de los glúteos.
Cuando se trata a tiempo, la tendinitis suele tener un buen pronóstico. De lo contrario, aumenta el riesgo de que el tendón se rompa y de que se produzcan otras lesiones.
Síntomas
Los síntomas comunes de la tendinitis son:
- Dolor sordo en la zona afectada, especialmente con el movimiento.
- Sensibilidad.
- Ligera hinchazón.
- Puede aparecer irradiación de calor.
- En ocasiones, se produce rigidez o bloqueo de la articulación correspondiente.
Causas
La tendinitis se produce principalmente por una sobrecarga en los tendones debido a la necesidad de utilizarlo de forma continuada para la ejecución de movimientos repetitivos durante periodos prolongados. También puede deberse a lesiones o traumatismos repentinos o al envejecimiento natural del tendón derivado de la edad, que provoca su degeneración y pérdida de elasticidad. También puede estar relacionada en el contexto de ciertas patologías como artritis reumatoide, gota, diabetes, psoriasis o enfermedad tiroidea.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer tendinitis es mayor en los siguientes supuestos:
- Edad: el envejecimiento reduce la flexibilidad de los tendones.
- Enfermedades sistémicas como artritis reumatoide o diabetes.
- Consumo de ciertos medicamentos, como cortisona, fluoroquinolonas o inhibidores de la aromatasa.
- Profesiones que requieren mantener posturas incómodas, estar expuesto a vibraciones o realizar el mismo movimiento continuamente, como pintores, carpinteros, fontaneros, jardineros u obreros de la construcción.
- Deportes que implican movimientos intensos y repetitivos:
- Codo de golfista: común en tenistas y golfistas.
- Tendinitis rotuliana: habitual en deportes que impliquen realizar saltos, como baloncesto o voleibol.
- Tendinitis aquiliana: afecta a corredores que cambian la intensidad o duración de la carrera de forma repentina. También a quienes practican deporte solo ocasionalmente.
- Tendinitis del manguito rotador: nadadores, tenistas, levantadores de pesas o jugadores de béisbol.
- Tendinitis bicipital: suele ir asociada al desgaste del manguito rotador.
- Tendinitis poplítea: común en corredores.
- Tendinitis de cadera: habitual en ciclistas, corredores y nadadores.
Complicaciones
La tendinitis no suele presentar complicaciones ya que habitualmente remite con el tratamiento. No obstante, la tendinitis prologada o recurrente puede derivar en un desgarro del tendón, que puede causar una rotura total o parcial del mismo. Esta condición puede afectar al funcionamiento normal de los músculos o articulaciones y necesitar una reparación quirúrgica, especialmente si el tendón se ha desprendido del hueso. Asimismo, la tendinitis prolongada puede causar la formación de depósitos de calcio en la zona, lo que hace que la articulación correspondiente esté rígida y débil y, al moverla, cruja o se bloquee.
Prevención
Para prevenir la tendinitis se pueden tomar las siguientes medidas:
- Combinar ejercicios y actividades de alto impacto con otras de bajo impacto.
- Evitar una práctica excesiva que suponga un sobreesfuerzo.
- Hacer estiramientos antes y después del ejercicio.
- Tomar descansos si la actividad se prolonga o si se notan molestias.
- Mejorar la técnica deportiva: ejecutar los movimientos de forma correcta, evitando el exceso de tensión en los músculos y tendones.
- Fortalecer los músculos que se utilizan.
- Mantener una postura correcta.
- Utilizar calzado adecuado a la actividad y a la superficie.
¿Qué médico trata la tendinitis?
La tendinitis se diagnostica y se trata en la consulta de Reumatología, Traumatología o en la unidad de Medicina de la Educación Física y el Deporte.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tendinitis se fundamenta en la manifestación de síntomas y en las siguientes pruebas:
- Exploración física: consiste en la palpación de la zona y en la realización de maniobras específicas que evalúen el dolor y la capacidad de movimiento.
- Pruebas de diagnóstico por imagen, como resonancia magnética o ecografía, si es necesario descartar un desgarro o confirmar la presencia de depósitos de calcio.
Tratamiento
El tratamiento de la tendinitis se enfoca en aliviar el dolor y la inflamación. Existen diferentes opciones:
- Reposo: el descanso permite que el tejido se recupere. Puede ser necesario inmovilizar la extremidad con férulas o dispositivos ortopédicos.
- Aplicación de frío: alivia el dolor agudo de las primeras horas. Posteriormente, es más efectivo el calor.
- Bandas elásticas de compresión: ayudan a reducir la inflamación y a recuperar la movilidad.
- Tratamiento farmacológico:
- Antiinflamatorios no esteroideos: alivian el dolor y la inflamación. Se pueden administrar por vía tópica u oral.
- Infiltración de corticoides: no es recomendable en tendinitis crónicas ni de forma frecuente en una misma zona, ya que pueden acabar dañando el tendón.
- Punción seca: se estimula la recuperación de los tejidos mediante la práctica de pequeños orificios en el tendón con una aguja fina. Se aplica cuando los tratamientos anteriores no son efectivos.
- Reparación quirúrgica, si se ha producido un desgarro grave.
- Ejercicios de fisioterapia y rehabilitación: una vez controlada la inflamación, es necesario estirar y fortalecer de nuevo el tendón y el músculo afectados.