Cómo evitar un golpe de calor en la tercera edad: síntomas
Juan Ramón Domenech, geriatra del Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón en Valencia, nos explica cuáles son los síntomas de un golpe de calor y cómo prevenirlo.
¿Cuál es el efecto del calor sobre las personas mayores?
El efecto del calor sobre las personas mayores se manifiesta principalmente en el mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, especialmente en la época estival. Esto se debe a varias características propias de los pacientes mayores, como la presencia de enfermedades crónicas, una alteración en el centro termorregulador que disminuye su sensibilidad al calor, una menor sensación de sed y una tendencia a estar más deshidratados.Además, es importante considerar la cantidad de fármacos que toman, muchos de los cuales son vasodilatadores, lo que aumenta el riesgo de sufrir efectos adversos por el calor.
¿Qué temperatura se considera de riesgo en la tercera edad?
No hay una temperatura definida respecto a la población general. Sin embargo, una temperatura corporal de aproximadamente 41 grados es donde empieza el riesgo de hipertermia. En esta situación pueden desencadenarse consecuencias graves debido a los factores mencionados anteriormente.
¿Cuáles son los síntomas de alerta que indican cuándo acudir al hospital?
Los síntomas de alerta son variados y pueden afectar a cualquier parte del organismo. Además de la temperatura elevada de la hipertermia, los síntomas incluyen mareo, inestabilidad, sensación de calor, obnubilación, estado semicomatoso, confusión, náuseas y vómitos. Es fundamental relacionar un estado ambiental caluroso con cualquier cambio en la sintomatología del paciente mayor, ya que esto puede indicar que está sufriendo un golpe de calor.
¿Qué consejos puede dar para las personas mayores en verano?
Las personas mayores, debido a su vulnerabilidad frente al calor y a su peor adaptación fisiológica, deben protegerse más que las personas jóvenes. Los consejos son: Protegerse del sol en las horas centrales del día (12:00h-16:00h). Cubrirse la cabeza. Usar ropa amplia y ligera. Mantener la casa fresca. Evitar esfuerzos físicos. No realizar ejercicio físico en las horas centrales del día. Hidratarse aunque no se tenga sed.
