¿Qué pasa con la natalidad en Aragón?

Recientemente ha salido publicado el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) referente al índice de natalidad en España del pasado año 2024. Afortunadamente hemos roto la tendencia descendente que se venía mostrando desde el año 2014 en nuestro país. Por primera vez en los últimos años se ha experimentado un ligero incremento en el número de nacimientos respecto al año anterior. Concretamente, se ha incrementado un 0.43% (322.034 en 2024 vs 320.656 en 2023), lo cual, siendo una buena noticia, no deja de representar una falsa esperanza si tenemos en cuenta que respecto al año 2014 los nacimientos se han reducido en un 24,7% (105.500 nacimientos menos que hace diez años) y seguimos con una tasa de crecimiento vegetativo (número de nacimientos frente a número de defunciones) en valores negativos por octavo año consecutivo. Necesitaríamos una media de 2.1 nacimientos por mujer mientras actualmente difícilmente superamos la cifra de 1,5.

Pero es que en Aragón, por si fuera poco, las cifras siguen descendiendo y los índices de natalidad han roto esa tendencia y han caído en un 0.9% respecto al año 2023. A la vez que vemos como se incrementa el número de mujeres que son madres con más de 40 años, con los riesgos que ello conlleva (abortos, diabetes, hipertensión,…).

Podemos reflexionar sobre los motivos que nos está llevando a esta reducción en los índices de natalidad. En seguida pensamos en causas sociales, económicas, laborales,… pero no podemos dejar de lado un dato importante que se muestra en este mismo informe. En los últimos 10 años se ha retrasado la edad de la maternidad casi en un 10% y un 10,42% de los nacimientos en España en el pasado año 2024 fue en mujeres de más de 40 años. Una cifra que se va incrementando año a año y de la que las unidades de reproducción asistida somos testigos de primera línea ya que implica una relación directa con un incremento en los problemas de fertilidad. Como conclusión, las familias retrasan tanto su proyecto reproductivo que acaban con problemas. No es que no quieran tener hijos, es que no pueden. Actualmente se considera que 1 de cada 6 personas en España van a tener dificultades a lo largo de su vida y más del 12% de los nacimientos es gracias a la aplicación de Técnicas de Reproducción Asistida (TRA)

Esto no puede sorprendernos ya que se trata de un fenómeno a nivel mundial que ya hizo que en el año 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara a la infertilidad como la nueva pandemia.

Frente a ello sólo hay dos opciones: o cambiamos la sociedad para facilitar el acceso a la maternidad en edades más tempranas o facilitamos el acceso a las TRA. Aunque posiblemente ya ambas sean necesarias.

La primera opción claramente se escapa a nuestro control, pero precisamente por ello es importante que la población (y nuestros gobiernos), sean conscientes del problema que genera este retraso y de que no hay un remedio mágico que lo solucione.

Disponemos de "soluciones técnicas" como son las Unidades de Reproducción Asistida de las que podemos presumir en España y son miles los nacimientos en nuestro país mediante esta técnicas. Pero también vemos cómo la edad media de la población que acude a estas unidades se va incrementando paulatinamente y, posiblemente, superemos pronto los 40 años, lo que puede suponer una dificultad añadida para el uso de sus propios gametos. ¿Es necesario volver a incidir en la drástica caída de la calidad del óvulo a partir de los 40?

La realidad se impone, y según los últimos datos del Registro del Ministerio de Sanidad actualmente casi un 30% de los ciclos de reproducción asistida que se realizan en España requieren ya el uso de óvulos de donantes. Pero mientras en España se incrementa el número de ciclos que se realizan, no ocurre lo mismo en Aragón, representando menos de un 2% del total. Según el último registro (2022) se realizaron 3.235 ciclos en Aragón vs 167.195 totales.

Difícil solución. Pero algo deberían/deberíamos hacer. Primero facilitando social y laboralmente la maternidad en edades "biológicamente" más adecuadas y segundo simplificando el acceso a las técnicas de reproducción asistida a aquella población que por motivos sociales desean (o se ven obligadas) a posponer su maternidad a edades más avanzadas, haciendo que ese tránsito por la infertilidad sea más rápido y menos costoso.

Sobre todo en nuestra Comunidad Autónoma.

O, por lo menos, seamos conscientes de lo que está pasando.