Rubeola
¿Cuáles son los efectos de la rubeola en el embarazo? Todo sobre las causas, los síntomas, la forma de prevenirla y las posibles repercusiones en los bebés.
Síntomas y causas
La rubeola es una enfermedad contagiosa causada por un virus, que afecta principalmente a la piel y a los ganglios linfáticos. Se contrae mediante el contacto con objetos o personas contaminados, normalmente al tocarlos o a través de los aerosoles que se producen al toser o estornudar.
El periodo de incubación dura entre dos y tres semanas, y suele ser asintomático. Durante los siguientes días (alrededor de una semana), los síntomas son leves o apenas perceptibles. Finalmente, en los siguientes tres o cuatro días se manifiestan las pápulas, que son los signos más característicos de la enfermedad.
Actualmente, en España la rubeola está dejando de ser una enfermedad infantil para manifestarse en aquellos adultos que no se han vacunado. A pesar de que se trata de una patología benigna, cuando se contrae durante el embarazo puede provocar daños graves en el feto. Por lo tanto, la prevención frente a la rubeola es fundamental para preservar la salud de los futuros hijos y generar inmunidad de grupo.
Síntomas
Los síntomas habituales de la rubeola son:
- Exantema (sarpullido en la piel) que suele comenzar en la cara para extenderse por el resto del cuerpo cuando desaparece del rostro. Las manchas son de color rosa y no suelen picar. Cuando lo hacen, las molestias duran unos tres días.
- Ganglios inflamados.
- Fiebre no muy alta.
- Catarro (congestión nasal).
- Ocasionalmente, dolor articular.
Causas
La rubeola está causada por el virus Rubivirus perteneciente a la familia Togaviridae. La forma de transmisión puede ser:
- De una persona enferma a una sana a través de las gotitas de saliva que se desprenden al hablar, toser o estornudar. El periodo de contagio dura desde dos o tres días antes de que aparezca el sarpullido hasta varios días después.
- De una embarazada al feto a través de la placenta.
Factores de riesgo
El riesgo de contraer la rubeola aumenta cuando se entra en contacto con una persona infectada. Cuando una mujer embarazada se contagia con el virus, el bebé tiene muchas probabilidades de enfermar.
Complicaciones
No es habitual que la rubeola provoque complicaciones en quienes la han padecido. No obstante, cuando se contrae la enfermedad durante las primeras semanas de embarazo, puede producirse en el bebé el síndrome de rubeola congénita que conlleva:
- Problemas en el desarrollo de los órganos, especialmente del corazón, o mental.
- Retraso del crecimiento.
- Sordera.
- Cataratas.
Prevención
Además de evitar el contacto con personas infectadas, la mejor forma de prevenir la rubeola es mediante la vacunación.
La vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) es la habitual en los niños en España, que adquieren la inmunidad después de recibir dos dosis: la primera a los doce meses y la segunda a los tres años.
En adultos no vacunados, especialmente en mujeres en edad fértil, el Ministerio de Sanidad recomienda la vacunación con dos dosis de triple vírica en un intervalo de, al menos, cuatro semanas. Esta vacuna está desaconsejada en mujeres embarazadas o en personas inmunodeprimidas. Se recomienda esperar por lo menos un mes desde la segunda dosis para concebir.
¿Qué médico trata la rubeola?
Los pediatras, los ginecólogos y los médicos generalistas diagnostican la rubeola. Además, los inmunólogos están especializados en las vacunas para prevenir su propagación.
Diagnóstico
En la consulta médica, el especialista lleva a cabo la anamnesis y una exploración física. Normalmente, el sarpullido de la rubeola es reconocible y suficiente para emitir un diagnóstico. Para confirmarlo y descartar otras patologías con síntomas similares, se suele hacer un análisis de sangre que detecte los anticuerpos frente a la enfermedad.
Tratamiento
Actualmente, no existe un tratamiento para curar la rubeola. Como los síntomas suelen ser leves, tampoco es necesario abordarlos de forma específica. Se recomienda reposo y antipiréticos si la fiebre es molesta.
La rubeola congénita es una enfermedad compleja, por lo que su tratamiento depende de los órganos afectados y de la gravedad de los síntomas.