Patología del hombro
¿Cómo se tratan las patologías del hombro? Toda la información sobre los tipos, las causas, los síntomas y los posibles tratamientos.
Síntomas y causas
El hombro es una estructura muy compleja que hace de nexo entre el brazo y el tórax. Está formado por la conjunción de tres huesos, el húmero, la escápula y la clavícula, que forman tres articulaciones, así como por diferentes músculos, ligamentos y tendones. Entre ellos, destaca por su importancia el manguito rotador, un grupo de cuatro músculos (subescapular, el supraespinoso, el infraespinoso y el redondo menor) con sus correspondientes tendones, que dan movilidad y estabilidad al hombro y la porción larga del bíceps. Es la articulación con mayor movilidad del cuerpo.
El hombro es una zona muy afectada a nivel muscular en la que es frecuente sufrir daños, siendo las patologías del manguito rotador las más habituales. Pueden revestir diferente gravedad, pero, si no se tratan, pueden derivar en debilidad crónica del hombro o pérdida permanente del movimiento.
Las patologías más comunes del hombro son las siguientes:
- Lesiones tendinosas o tendopatías: dañan al tejido conectivo fibroso de los tendones. Principalmente, afectan a los tendones del manguito rotador y del bíceps.
- Tendinitis: inflamación del tendón, generalmente por sobrecarga de la zona afectada.
- Tendinosis: inflamación crónica del tendón, que ya presenta degeneraciones y pequeños desgarros en las fibras.
- Tendinitis calcificada: depósito de sales cálcicas en los tendones, que adoptan una consistencia pastosa.
- Rotura: desgarro total o parcial de los tendones, debido normalmente a un proceso de desgaste de los mismos.
- Bursitis: inflamación de la bolsa (bursa) que rodea a los tendones para facilitar su deslizamiento. Suele manifestarse junto a la tendinitis.
- Luxación o dislocación: desplazamiento del hueso por delante, por detrás o por debajo de la articulación. Puede desplazarse por completo fuera de la articulación (luxación) o solo parcialmente (subluxación).
- Luxación aguda: dolor, impotencia funcional y deformidad del hombro.
- Inestabilidad de hombro o luxación recidivante: luxación recurrente. El hombro se disloca cada vez con mayor facilidad.
- Lesión SLAP: lesión en el rodete articular del hombro, o labrum, el anillo cartilaginoso que rodea la cavidad de la articulación. No es muy habitual.
- Fractura: rotura o grieta en el húmero (muy frecuente), la clavícula o la escápula (muy poco frecuente y asociada a otras fracturas).
- Distensión: estiramiento o desgarro de las fibras musculares.
- Capsulitis retráctil u hombro congelado: inflamación o retracción de la cápsula articular que rodea al hombro, restringiendo o impidiendo su movimiento.
- Osteoartritis o artrosis de hombro: enfermedad degenerativa crónica que produce el desgaste y la destrucción del cartílago que recubre las superficies articulares. A medida que se desgasta, se vuelve áspero y disminuye el espacio de protección entre los huesos.
Síntomas
Las diferentes patologías del hombro suelen presentar síntomas similares:
- Dolor en el hombro, localizado en la cara anterior o irradiado hasta el codo o el antebrazo. Se puede manifestar de forma constante o solo con determinados movimientos.
- Inflamación.
- Entumecimiento, hormigueo.
- Limitación de la movilidad.
- Pérdida de fuerza.
- Rigidez.
- Deformación, en el caso de las luxaciones.
Causas
Las principales causas de las patologías del hombro son:
- Traumatismos o caídas con golpe directo sobre el hombro.
- Torsiones o movimientos bruscos.
- Tensión muscular o mala postura.
- Movimientos de repetición forzados.
- Sobreesfuerzo.
- Desgaste progresivo por el uso.
- Deterioro degenerativo del cartílago.
- Enfermedades reumáticas subyacentes.
- Acumulación de calcio en los tendones.
Factores de riesgo
Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir una lesión en el hombro, se incluyen:
- Edad: con el paso del tiempo, los tendones se vuelven más flexibles y vulnerables.
- Factor genético: la flexibilidad y vulnerabilidad de las estructuras puede ser hereditaria.
- Profesiones, pasatiempos o deportes que impliquen mantener posiciones incómodas o hacer movimientos repetitivos o forzados.
- Propensión a caídas.
- Práctica de deportes extremos.
- Realizar actividad física sobre superficies duras.
- Ejercicio intenso después de un periodo de inactividad.
- Trastornos endocrinos como hipertensión o diabetes: se han relacionado con la tendinitis calcificada y la capsulitis retráctil.
- Problemas circulatorios: la mala circulación en la zona puede facilitar los depósitos de calcio.
- Osteoporosis.
Complicaciones
La complicación más frecuente de las patologías del hombro son las recidivas, es decir, las lesiones recurrentes, que se provocan con mayor facilidad después de una primera vez. Asimismo, es habitual que se desarrolle endurecimiento o rigidez en la articulación después de la lesión, especialmente en personas mayores. En algunos casos, puede ocurrir que una luxación provoque daño en un vaso sanguíneo y se interrumpa el flujo de sangre, lo que puede tener consecuencias graves. En el caso de las fracturas, puede pasar que no tenga una recuperación adecuada porque el hueso cicatrice muy lentamente o lo haga en la posición incorrecta.
Prevención
Para reducir la posibilidad de padecer alguna patología en el hombro, se pueden tomar las siguientes medidas:
- Hacer ejercicio regularmente para fortalecer la musculatura de la zona.
- Realizar calentamientos y estiramientos antes de hacer ejercicio.
- Evitar los movimientos bruscos.
- No realizar sobreesfuerzos, especialmente si se sienten molestias.
- Mantener una postura correcta.
- Evitar las actividades que obliguen a mantener posturas forzadas o realizar movimientos repetitivos y forzados.
¿Qué médico trata las patologías del hombro?
Las patologías del hombro son evaluadas y tratadas por los especialistas en cirugía ortopédica y traumatología, fisioterapia, unidad del dolor, Rehabilitación y medicina familiar.
Diagnóstico
Para diagnosticar las patologías del hombro se recurre a diferentes pruebas:
- Examen físico para evaluar el dolor, la inflamación y la movilidad.
- Pruebas de imagen, como radiografía, ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética para examinar la lesión.
Tratamiento
El tratamiento específico dependerá del tipo de patología y de su gravedad, e irá encaminado a aliviar el dolor y la inflamación y recuperar la movilidad:
- Reposo.
- Aplicación de hielo en la zona.
- Inmovilización del hombro (con uso de cabestrillo) de 4 a 6 semanas.
- Antiinflamatorios no esteroideos.
- Corticoides.
- Infiltraciones de anestésicos o corticoides: el medicamento se inyecta en la zona afectada.
- Maniobras de reducción para recolocar el hombro luxado.
- Procedimientos para eliminar el calcio si la tendinitis calcificante no remite, como ondas de choque, punción o limpieza artroscópica.
- Cirugía para fijar fracturas graves con placa y tornillos de síntesis.
- Cirugía abierta para reparar tendones con desgarros graves.
- Artroscopia: se inserta una pequeña cámara para reparar los tejidos en lesiones severas.
- Cirugía de reemplazo para insertar una prótesis artificial.
- Fisioterapia: técnicas y ejercicios específicos para aliviar y prevenir el dolor, fortalecer el hombro y mejorar su movilidad.