Lesión medular
¿Cuáles son las consecuencias de una lesión medular? Toda la información sobre este trastorno y su pronóstico.
Síntomas y causas
Se denomina lesión medular al daño causado en la médula espinal y la consecuente interrupción de la conexión nerviosa entre la médula y el cerebro. La médula espinal es una estructura tubular larga y frágil contenida dentro del canal medular o conducto raquídeo, que discurre por dentro de la columna vertebral. Se extiende desde el final del tronco del encéfalo hasta la parte final de la región lumbar y, junto con el encéfalo, forma el sistema nervioso central. Está compuesta por haces de axones nerviosos que pasan entre las vértebras y transmiten las señales nerviosas entre el cerebro y el resto del organismo. Cuando se daña, esa trasmisión se interrumpe en la zona que queda por debajo del nivel de la lesión.
Las lesiones medulares, por tanto, pueden afectar a la médula espinal, a las raíces de los nervios raquídeos o a la cola de caballo (cauda equina), el haz de raíces nerviosas que se extiende desde el final de la médula espinal. Se trata de una condición grave que provoca una alteración severa en las funciones corporales.
Síntomas
El síntoma principal de una lesión medular es la disminución o pérdida de la función sensorial y de la función motora, que puede ser temporal o permanente. Según el grado de afectación, la lesión medular se clasifica en:
- Lesión completa: se pierde toda la sensibilidad y la capacidad de movimiento por debajo del nivel de la lesión. Esta condición se denomina parálisis.
- Lesión incompleta: se mantiene parte de la función sensorial o motora por debajo del nivel de la lesión.
La zona del cuerpo afectada por la parálisis depende de la ubicación de la lesión:
- Tetraplejia: parálisis de las extremidades superiores e inferiores, el tronco y los órganos pélvicos. La lesión medular se encuentra en la región cervical de la columna.
- Paraplejia: las extremidades superiores no se ven afectadas. La lesión medular se ubica en la región dorsal, lumbar o sacra.
- Disminución de la sensibilidad y la movilidad en el tobillo, el pie, los glúteos y la parte posterior de la pierna, aunque la capacidad de marcha se suele preservar. La lesión se encuentra en el cono medular (el extremo caudal de la médula) o la cauda equina.
Causas
Habitualmente, la lesión medular se produce por un traumatismo, que o bien causa un daño directo en la médula espinal o, más frecuentemente, produce una lesión en las estructuras de la columna vertebral que provoca compresión o desgarro en la médula. Las causas más frecuentes de traumatismo en la médula espinal son:
- Accidentes de tráfico.
- Caídas y golpes directos.
- Lesiones laborales o deportivas.
- Heridas por arma blanca o de fuego.
Aunque menos frecuente, la lesión medular también puede tener un origen no traumático:
- Malformaciones congénitas, como la espina bífida.
- Infecciones, como la poliomielitis.
- Tumores.
- Degeneración de los discos intervertebrales.
- Artrosis vertebral.
- Estenosis del canal medular.
- Isquemia.
- Osteoporosis.
Factores de riesgo
Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir una lesión medular por traumatismo, se incluyen:
- Sexo: son más frecuentes en hombres.
- Edad: aumentan entre los 16 y los 30 años y a partir de los 65.
- Consumo de alcohol: está involucrado en un alto porcentaje de lesiones medulares traumáticas.
- Conductas de riesgo, como conducir de forma temeraria o practicar deporte sin protecciones.
- Trastornos óseos o articulares: el daño causado por el traumatismo es mayor.
Complicaciones
Es probable que la parálisis causada por la lesión medular sea permanente, especialmente en el caso de las lesiones medulares completas, lo que afecta significativamente a la calidad de vida del paciente. Además, la lesión medular acarrea otras consecuencias:
- Pérdida del control de esfínteres.
- Alteraciones de la función sexual: la lesión puede afectar a la erección, la eyaculación, la lubricación o la fertilidad.
- Atrofia muscular o pérdida del tono muscular.
- Espasticidad: contracción constante de los músculos que provoca rigidez y acortamiento de los mismos.
- Úlceras cutáneas por presión, al mantener la misma posición de forma prolongada.
- Trastornos circulatorios, como hipotensión o trombosis.
- Disreflexia autónoma: aumento de la presión arterial por una reacción desproporcionada del sistema nervioso autónomo ante un dolor o molestia. Es un trastorno potencialmente mortal.
- Aumento de peso, con el consecuente riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes.
- Dolor neuropático: afecta a las zonas dañadas pero también puede irradiarse.
- Alteración de la función respiratoria: dificultad para respirar y toser o mayor riesgo de padecer enfermedades pulmonares.
- Deterioro de la salud mental: el dolor y las consecuencias de la lesión medular pueden causar depresión.
Prevención
Reducir el riesgo de sufrir una lesión medular significa actuar contra sus factores de riesgo:
- Conducir de forma segura y responsable, utilizando cinturón de seguridad y sin consumir alcohol o drogas antes de conducir.
- Utilizar equipos protectores para practicar deporte.
- Reducir el riesgo de caídas evitando las superficies deslizantes, utilizando el pasamanos de las escaleras, colocando alfombrillas antideslizantes en el baño, etc.
¿Qué médico trata la lesión medular?
Las lesiones medulares necesitan un abordaje multidisciplinar formado por especialistas en neurología, neurocirugía, cirugía ortopédica, medicina física y rehabilitación y de la unidad de tráficos.
Diagnóstico
Después de un traumatismo en la columna, aunque no se manifiesten síntomas, es necesario acudir al servicio de urgencia para confirmar o descartar una lesión medular:
- Radiografía: las imágenes por rayos X pueden mostrar lesiones en las vértebras y los tejidos óseos.
- Tomografía computarizada: ofrece imágenes más precisas de las estructuras óseas.
- Resonancia magnética nuclear: estas imágenes muestran los tejidos blandos del cuerpo, por lo que se pueden identificar las lesiones de la médula espinal y de los ligamentos vertebrales, además de identificar hernias discales, coágulos o tumores.
- Examen de potenciales evocados somatosensoriales: mediante electrodos colocados sobre el paciente, se estimulan las vías sensitivas desde el nervio periférico hasta la corteza cerebral para comprobar la transmisión de las señales e identificar lesiones.
- Examen neurológico: se realiza unos días después de la lesión, para determinar su gravedad y predecir el grado de recuperación potencial. Se realizan pruebas que evalúan la fuerza muscular y la sensibilidad.
Tratamiento
El daño medular es irreversible, ya que las neuronas del sistema nervioso central no pueden regenerar sus axones después de una lesión. Por lo tanto, el tratamiento de las lesiones de la médula espinal se enfoca en prevenir más lesiones y en ofrecer al paciente la mejor calidad de vida posible:
- Tratamiento de urgencia: atención inmediata en el lugar del traumatismo y en la unidad de urgencias. El objetivo es inmovilizar el cuello y la columna para evitar daños adicionales, mantener la función respiratoria y prevenir el shock.
- Cirugía: es necesaria para extraer fluidos o tejidos que compriman la médula, remover fragmentos de hueso, de discos cervicales y de objetos extraños o fusionar vértebras fracturadas. También se pueden implantar barras de acero que estabilicen la columna e impidan su movimiento.
- Tracción: de forma manual, se estabiliza o alinea la columna vertebral.
- Rehabilitación y atención continua: una vez establecida la parálisis y el grado de dependencia, se diseña un plan de cuidados orientado a mejorar la funcionalidad y la calidad de vida del paciente. Puede incluir lo siguiente:
- Fisioterapia para fortalecer la musculatura y mejorar la movilidad y la comunicación.
- Estimulación eléctrica para ayudar a restablecer las funciones corporales.
- Dispositivos de asistencia, como sillas de ruedas, andadores o soportes.
- Dispositivos electrónicos de comunicación y asistencia.
- Medicación para controlar la espasticidad y la función intestinal o sexual.
- Terapia ocupacional para ayudar al paciente a conseguir la mayor independencia posible en su vida diaria.
- Terapia psicológica y apoyo emocional para evitar o superar la depresión.
Documentación relacionada:
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