Cefaleas

¿Por qué se produce el dolor de cabeza? Toda la información sobre las cefaleas: causas, síntomas y tratamiento.

Síntomas y causas

Se denomina cefalea a los dolores y molestias localizados en cualquier parte de la cabeza. Se trata de uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso, siendo uno de los motivos de consulta más frecuentes en la edad pediátrica.

Según su duración las cefaleas se clasifican en:

  • Cefaleas episódicas o agudas: se manifiestan menos de 15 días al mes.
  • Cefaleas crónicas: aparecen más de 15 días al mes.

Atendiendo a su origen, existen dos tipos principales de dolor de cabeza:

  • Cefaleas primarias: intrínsecas al sistema nervioso.
    • Migraña o jaqueca: ataques de dolor muy intenso, unilateral y de carácter pulsátil. Empeora con el movimiento y mejora con el reposo.
    • Cefalea tensional: dolor opresivo que abarca a todo el perímetro del cráneo, con predominio de la frente y la nuca. Es de intensidad leve o moderada y puede durar varios días. Es el tipo más frecuente.
    • Cefaleas trigémino-autonómicas: dolor unilateral muy intenso localizado en la zona enervada por el nervio trigémino. De corta duración y con varios episodios al día.
      • Cefalea en racimo: dolores intensos unilaterales, habitualmente en la zona del ojo, de duración inferior a tres horas, que se presentan repetidos varias veces al día durante unos meses al año.
      • Hemicránea paroxística: cefaleas unilaterales muy intensas, generalmente detrás del ojo. Ataques breves, de menos de 30 minutos, que se repiten varias veces a lo largo del día.
      • Cefalea neuralgiforme unilateral de corta duración (SUNCT/SUNA): dolor intenso en un solo lado de la cabeza y de unos minutos de duración máxima. Aparece entre 3 y 200 veces en un mismo día. Es muy poco frecuente.
    • Cefalea tusígena: ocasionada por la tos o por la presión intratorácica e intracraneal al estornudar, defecar o levantar pesos. Dura menos de media hora.
    • Cefalea por esfuerzo físico: de tipo pulsátil, con una duración entre cinco minutos y 48 horas.
    • Cefalea coital o asociada a la actividad sexual: bilateral, alcanza su punto máximo durante el orgasmo y puede durar de minutos a horas.
    • Cefalea por crioestímulo: se desencadena por algo muy frío. Es un dolor punzante, unilateral y de corta duración.
    • Cefalea hípnica: aparece solo durante el sueño, provocando que el paciente se despierte. Es persistente, pudiendo durar hasta dos horas.
    • Neuralgia del trigémino: ataques de dolor facial en un lado de la cara. Es un dolor agudo, punzante o eléctrico de inicio y fin abruptos y de unos segundos de duración.
  • Cefaleas secundarias: son síntoma de un proceso subyacente.

Síntomas

El principal síntoma de la cefalea es el dolor de cabeza, que se presenta en diferentes formas según su clasificación. Asimismo, algunos tipos de cefalea pueden acompañarse de otras manifestaciones:

  • Síntomas de migraña:
    • Náuseas y vómitos.
    • Intolerancia a la luz y al ruido.
    • Pródromos: señales que aparecen uno o dos días antes del ataque.
      • Estreñimiento
      • Aumento en la frecuencia de las micciones.
      • Rigidez en el cuello.
      • Cambios en el estado de ánimo.
      • Retención de líquidos.
      • Antojos de comida.
      • Bostezos frecuentes.
    • Aura: síntomas neurológicos que preceden al dolor:
      • Destellos, puntos ciegos, distorsiones o visión borrosa.
      • Hormigueos en la punta de los dedos que ascienden hasta la cara.
      • Puede aparecer un trastorno del lenguaje o la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo.
    • Postdromo: agotamiento, confusión y mal humor después del ataque. En ocasiones, euforia.
    • En niños, suele presentarse sin aura y el dolor suele ser bilateral, de localización frontoparietal y de menor duración. Puede acompañarse de mareos, visión borrosa, palidez, sudoración o rubor.
  • Síntomas de cefaleas trigémino-autonómicas:
    • Ojo rojo.
    • Lagrimeo.
    • Congestión o taponamiento nasal.
    • Rinorrea: flujo de líquido por la nariz.
    • Sudoración facial.
  • Síntomas de cefaleas secundarias: según la afección causante, el dolor de cabeza puede cursar junto a:
    • Mareos.
    • Fatiga.
    • Problemas de concentración o memoria.
    • Fiebre.
    • Vómitos violentos.
    • Empeoramiento en posición horizontal.
    • Manifestación al ponerse de pie.
    • Zumbido de oídos.

Causas

Las cefaleas se producen como resultado de la activación de receptores nociceptivos periféricos extracerebrales. Los nociceptores son terminaciones nerviosas libres que se estimulan ante lesiones tisulares.

Los mecanismos exactos que originan las cefaleas primarias se desconocen. Se considera que las migrañas tienen un componente hereditario y se deben a la activación de nervios sensoriales que liberan péptidos o serotonina y causan cierta vasodilatación e inflamación en las arterias, las meninges y la duramadre. Asimismo, se cree que las auras se deben a un aumento de la actividad neuronal de la corteza cerebral denominada depresión cortical difusa. Las cefaleas tensionales se asocian a la activación de los nervios periféricos de los músculos de la cabeza y el cuello, mientras que las cefaleas en racimo implican una sobreactivación del nervio trigémino y del hipotálamo de causa desconocida.

A pesar de la inespecificidad de sus causas, las cefaleas primarias tienen varios desencadenantes comunes:

  • Tensión muscular.
  • Estrés, especialmente en la cefalea tensional, la cefalea en racimos y la migraña.
  • Alcohol, especialmente el vino tinto (por los taninos).
  • Deshidratación o ayuno.
  • Olores intensos.
  • Luces brillantes.
  • Cambios meteorológicos, especialmente de presión barométrica.
  • Cambios hormonales, como la menstruación, la ovulación o el consumo de anticonceptivos orales.
  • Ciertos alimentos, como chocolate, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, salchichas, quesos fermentados, cafeína, glutamato monosódico o picantes.
  • Falta o exceso de sueño.
  • Ciertos fármacos, como vasodilatadores o nitritos.
  • Estímulos térmicos o táctiles cotidianos, como masticar, hablar o lavarse los dientes, en el caso de la neuralgia del trigémino.

Las cefaleas secundarias, por su parte, suelen ser el resultado de la tracción o irritación de las meninges y de los vasos sanguíneos debido a factores exógenos:

  • Traumatismo craneal o cervical.
  • Trastorno vascular craneal o cervical: alteraciones en los vasos sanguíneos por ictus isquémico, hemorragia cerebral, hemorragia subaracnoidea (rotura de un aneurisma), malformación arteriovenosa o trombosis.
  • Trastorno intracraneal no vascular, como el aumento o disminución de la presión del líquido cefalorraquídeo.
  • Tumores o neoplasias.
  • Consumo o abuso de sustancias o abstinencia de las mismas.
  • Infecciones, como sinusitis, meningitis, encefalitis o abscesos cerebrales.
  • Trastornos metabólicos, como hipotiroidismo, hipertensión arterial, hipoxia o diálisis.
  • Alteraciones en las estructuras faciales o craneales, como otitis o glaucoma.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de padecer cefaleas incluyen los siguientes:

  • Antecedentes familiares.
  • Edad: es más común en la adolescencia y en la segunda década de vida.
  • Sexo: las cefaleas son más frecuentes en mujeres. En la infancia, son más habituales en varones.
  • Obesidad.
  • Trastornos de ansiedad o depresión.
  • Alteraciones del sueño.
  • Abuso de analgésicos.
  • Embarazo, menstruación o menopausia.
  • Uso de anticonceptivos hormonales o terapia de sustitución hormonal.

Complicaciones

Las cefaleas primarias intensas, como las migrañas o las cefaleas en racimo, pueden llegar a ser incapacitantes e interferir seriamente en la vida diaria de la persona. Además, la migraña con aura puede inducir un infarto cerebral (ictus). Las cefaleas secundarias, por su parte, pueden ser síntoma de una afección muy grave o incluso mortal, como la meningitis.

Los signos de alarma indicativos de cefalea por causa subyacente grave son:

  • Dolor muy intenso de inicio explosivo.
  • Aumento progresivo del dolor a lo largo de varios días o semanas.
  • La cefalea va acompañada de alteraciones en el nivel de conciencia, rigidez en la nuca, convulsiones u otros signos neurológicos anormales.

Prevención

Se pueden tomar algunas medidas para prevenir la aparición de cefaleas primarias:

  • Establecer horarios regulares para dormir.
  • Mantener una nutrición e hidratación adecuadas.
  • Técnicas de relajación para controlar el estrés.
  • Evitar los desencadenantes habituales.
  • Hacer ejercicio de forma regular.
  • Reducir o evitar el consumo de alcohol y tabaco.

¿Qué médico trata las cefaleas?

Las cefaleas son diagnosticadas y tratadas por los especialistas en neurología y neurología pediátricaNeurología PediátricaNeurología .

Diagnóstico

El diagnóstico de la cefalea se basa en los siguientes exámenes:

  • Historia clínica: fundamental para clasificar el tipo de cefalea. Es necesario definir todas las características de los episodios de cefalea, como localización exacta del dolor, tipo de dolor, duración y frecuencia de los episodios, tiempo de evolución, presencia de síntomas asociados, pródromos o auras y factores desencadenantes o agravantes habituales.
  • Exploración física y neurológica: se miden la presión arterial y la frecuencia cardiaca, así como la coordinación, la visión, la fuerza motora y la sensibilidad. Asimismo, se examina el fondo de ojo, los senos paranasales o el cuello para descartar causas secundarias de las cefaleas.

Si se sospecha de un trastorno subyacente que cause las cefaleas, se pueden realizar pruebas complementarias:

  • Hemograma: la elevación de la proteína C reactiva o de la velocidad de sedimentación globular es un indicativo de procesos inflamatorios o infecciosos.
  • Radiografía craneal: las imágenes por rayos X muestran signos de lesiones óseas o de sinusitis.
  • Tomografía computarizada craneal o resonancia magnética craneal: se obtienen imágenes más precisas y detalladas del cerebro en las que se pueden identificar signos de hemorragia, traumatismos, tumoraciones, trombosis, inflamación de los vasos sanguíneos o aneurismas, entre otros posibles trastornos.
  • Punción lumbar: mediante aspiración por aguja, se extrae líquido cefalorraquídeo de la médula espinal para medir la presión y comprobar si hay inflamación o infección. Se realiza ante la sospecha de meningitis, encefalitis o presión intracraneal.

Tratamiento

En el caso de las cefaleas secundarias, se trata la causa subyacente. Para las cefaleas primarias existen diferentes opciones:

  • Modificación de hábitos de vida: cuando se trata de migraña, tomar las medidas preventivas antes mencionadas ayuda a reducir la frecuencia de los episodios.
  • Tratamiento farmacológico de las cefaleas agudas:
    • Antiinflamatorios no esteroideos: alivian el dolor de las cefaleas leves o moderadas.
    • Triptanes: en caso de crisis de migraña o de cefaleas en racimo que no responden a los antiinflamatorios. Actúan sobre los receptores de la serotonina inhibiendo el dolor.
  • Tratamiento de las cefaleas crónicas, principalmente migrañas y cefaleas en racimo:
    • Tratamiento farmacológico preventivo: se toma a diario para reducir la frecuencia e intensidad de los episodios. El tratamiento concreto depende del perfil de cada paciente. Se pueden administrar medicamentos calcio-antagonistas, antiepilépticos, antihipertensivos, antidepresivos o anticuerpos monoclonales.
    • Inyecciones de toxina botulínica: bloquea la sensibilización periférica de los nociceptores.
    • Neuroestimulación: consiste en modular la actividad nociceptiva mediante la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea del nervio supraorbitario o del nervio vago. Se utiliza un dispositivo portátil de autoaplicación.
    • Bloqueo anestésico: se inyecta un anestésico local en los nervios pericraneales para inhibir la producción y conducción del dolor.
    • Neuromodulación: consiste en la implantación de unos electrodos en los nervios occipitales o maxilares para bloquear la llegada de impulsos nociceptivos.
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