Botulismo

¿Cómo se transmite el botulismo? Toda la información sobre esta enfermedad: causas, síntomas y tratamientos.

Síntomas y causas

El botulismo es una intoxicación que afecta a los nervios periféricos y es causada por las denominadas toxinas botulínicas, producidas por la bacteria Clostridium botulinum. Esta bacteria elabora ocho clases de neurotoxinas diferentes, cinco de las cuales afectan a los seres humanos (los tipos A, B, E, F y F/A) y son consideradas como las toxinas más potentes que se conocen. El botulismo es una afección poco frecuente, pero muy grave y potencialmente mortal.

Se clasifican varios tipos de botulismo en función del origen de la neurotoxina. Cuando esta es elaborada en vivo por la bacteria dentro del organismo, los tipos de botulismo son:

  • Botulismo por herida: la neurotoxina se elabora en el tejido infectado.
  • Botulismo por toxemia intestinal: se ingieren esporas de la bacteria, que crean la neurotoxina en el tracto digestivo.
    • Botulismo infantil o del lactante: afecta a bebés menores de un año.
    • Botulismo entérico del adulto: se da en adultos. Es muy infrecuente.

En otras ocasiones, la neurotoxina ya elaborada se introduce en el organismo:

  • Botulismo alimentario: la neurotoxina está presente en los alimentos.
  • Botulismo iatrogénico: se inyectan ciertos tipos de neurotoxina con fines terapéuticos.
  • Botulismo por inhalación: se inhalan las neurotoxinas presentes en forma de aerosol.

Síntomas

Los síntomas del botulismo pueden aparecer unas horas después de la entrada de la toxina en el organismo o demorarse hasta varios días. Los síntomas comunes incluyen:

  • Trastornos del habla.
  • Dificultad para tragar.
  • Sequedad de boca.
  • Párpados caídos.
  • Visión borrosa o doble.
  • Debilidad muscular bilateral, progresiva y descendente que deriva en parálisis: desde la cara hasta los miembros inferiores.
  • Trastornos digestivos, como náuseas, vómitos, diarrea o cólicos abdominales. Aparecen antes de la manifestación de síntomas neurológicos en caso de botulismo alimentario.
  • Estreñimiento, llanto débil, irritabilidad, movimientos desmadejados y dificultad para succionar, cuando se trata de botulismo infantil.

Causas

La Clostridium botulinum produce unas células latentes, o esporas, que están presentes de forma generalizada en el medio ambiente, especialmente en suelos, aguas estancadas y vegetales en descomposición. En presencia de humedad y nutrientes y en ausencia de oxígeno, las esporas se transforman en bacterias y liberan toxinas que pueden introducirse en organismos vivos. La toxina botulínica actúa en el organismo provocando debilidad muscular y parálisis porque inhibe la liberación de la acetilcolina, un neurotransmisor que interacciona con los receptores de los músculos y estimula su contracción.

El botulismo por toxemia intestinal no tiene una causa clara, pero su aparición en bebés se relaciona con ingerir miel o estar expuestos a suelos contaminados. En adultos, tiene que ver con intervenciones quirúrgicas en el estómago o el intestino, toma de antibióticos o presencia de enfermedad inflamatoria intestinal. El botulismo por herida puede desarrollarse en cualquier corte o lesión que entre en contacto con las esporas de la bacteria, pero en la mayor parte de los casos se debe al consumo de heroína y otras sustancias por vía intravenosa, ya que la sustancia o la aguja puede estar contaminada.

La fuente más habitual de botulismo alimentario son los alimentos cocinados de forma inadecuada y enlatados o conservados de forma también incorrecta. Puede tratarse de frutas, verduras, pescado crudo o ahumado, salsas, pimientos picantes, ajo marinado en aceite, miel, carnes curadas o patatas horneadas envueltas en papel de aluminio.

La inyección de demasiada cantidad de toxina botulínica del tipo A y B con fines médicos o cosméticos, como la reducción de arrugas o el alivio de la migraña, puede llegar a producir botulismo iatrogénico, aunque es muy poco habitual. El botulismo por inhalación, por su parte, no se produce de forma natural, sino que se debe a la manipulación artificial de las toxinas para transformarlas en aerosoles y utilizarlos como arma biológica. Puede inhalarse al ser víctima de un ataque bioterrorista o de forma accidental en un laboratorio.

Factores de riesgo

Entre los factores habituales que aumentan el riesgo de contraer botulismo se encuentran:

  • Elaboración casera de conservas.
  • Cocción inadecuada o insuficiente de los alimentos.
  • Consumo de drogas por vía intravenosa.
  • Interacción con suelos contaminados, especialmente habitual en bebés: llevarse tierra a la boca mediante las manos, el chupete o cualquier otro objeto que esté en contacto con el suelo.

Complicaciones

La mortalidad del botulismo depende en gran medida de la afectación del sistema respiratorio, ya que la parálisis del diafragma o de los músculos laríngeos puede provocar una insuficiencia respiratoria incompatible con la vida. Asimismo, la dificultad para tragar puede causar la desviación de alimentos o saliva hacia los pulmones, provocando ahogos y atragantamientos y aumentando el riesgo de neumonía por aspiración, un tipo de neumonía que se produce porque las bacterias contenidas en el material ingerido infectan los pulmones. Además, la mayoría de supervivientes de botulismo necesitan meses de rehabilitación para recuperarse de los síntomas habituales.

Prevención

Es necesario tomar las siguientes medidas para prevenir el botulismo:

  • Manipular cuidadosamente los alimentos:
    • Mantener unas correctas medidas de higiene al preparar los alimentos.
    • Separar los alimentos crudos de los cocinados.
    • Hervir las conservas caseras a 121º C durante un periodo de 20 a 100 minutos y otros 10 minutos antes de servirlas.
    • Conservar los alimentos en el frigorífico, especialmente los aceites infundidos con ajo u otras especias y las conservas una vez abiertas.
    • No consumir alimentos provenientes de latas hinchadas, abolladas o mal cerradas ni embutidos de procedencia dudosa.
  • Mantener limpias las heridas.
    • No inyectarse ni inhalar drogas ilícitas.
    • Evitar que los bebés menores de 1 año consuman miel.
    • En caso de someterse a tratamientos médicos con bótox, asegurarse de hacerlo en un centro médico autorizado con profesionales capacitados.

¿Qué médico trata el botulismo?

El botulismo es evaluado y tratado por especialistas en neurología.


Diagnóstico

El diagnóstico del botulismo se fundamenta en las siguientes pruebas:

  • Examen clínico: es la forma principal de diagnóstico. La presencia de los síntomas comunes, junto con la posible ingesta de alimentos contaminados o la presencia de heridas infectadas son signos indicativos que requieren tratamiento inmediato, incluso sin esperar a los resultados de las pruebas adicionales.
  • Análisis de sangre y heces, para detectar la toxina botulínica y su tipo. Cuando se sospecha botulismo alimentario, también se analiza el alimento sospechoso.
  • Cultivo del tejido de heridas, para identificar la toxina si se sospecha de botulismo por herida.
  • Electromiografía: mediante el uso de electrodos, se estimulan los músculos y se registra su actividad eléctrica. Esta prueba evalúa la respuesta muscular y mide el nivel de afectación neurológica de la toxina.

Tratamiento

El botulismo requiere atención médica inmediata. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Administración de antitoxina botulínica equina heptavalente (HBAT): este compuesto bloquea la toxina circulante mediante la acción de anticuerpos. Evita la propagación de la enfermedad, pero no revierte los síntomas. A los bebés menores de un año se les administra inmunoglobulina anti-botulínica humana.
  • Asistencia respiratoria: en casos graves, se conecta al paciente a un respirador artificial para evitar un paro respiratorio.
  • Intubación nasogástrica: el paciente es alimentado mediante una sonda insertada por la nariz hacia el tracto digestivo.
  • Administración de carbón activado por vía oral o mediante sonda, para tratar de eliminar cualquier toxina que no se haya absorbido.
  • Administración de antibióticos para combatir la infección en caso de botulismo por herida. En otros tipos de botulismo no se administran porque pueden acelerar la liberación de toxinas.
  • Desbridamiento de la herida: extirpación del tejido infectado.
  • Terapia de rehabilitación: para una completa recuperación de los síntomas, puede ser necesario un tratamiento de fisioterapia de larga duración hasta que los nervios puedan repararse por sí mismos.