Anquiloglosia

¿Qué efectos tiene el frenillo corto? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos más adecuados para la anquiloglosia.

Síntomas y causas

La anquiloglosia es una enfermedad congénita que se presenta desde el nacimiento. Se produce cuando la membrana que une la lengua al suelo de la boca (frenillo) es demasiado corta, por lo que también se denomina lengua anclada. Esta anomalía limita el movimiento lingual, lo que lleva a manifestar dificultades para amamantar, hablar, masticar o tragar, aunque no todos los niños presentan síntomas.

Teniendo en cuenta que el rango de un frenillo sublingual normal es superior a 16 milímetros, se puede hablar de cuatro tipos de anquiloglosia dependiendo de su longitud:

  • Frenillo tipo 1: entre 12 y 16 milímetros.
  • Frenillo tipo 2: entre 8 y 10 milímetros.
  • Frenillo tipo 3: entre 3 y 7 milímetros.
  • Frenillo tipo 4: menos de 3 milímetros.

Por otro lado, en función del lugar en el que se produce la inserción del frenillo, se describen dos tipos de anquiloglosia:

  • Frenillo anterior: la unión con la cavidad bucal está en la punta de la lengua. Cuando los bebés lloran, adquiere forma de corazón o desciende ligeramente.
  • Frenillo posterior: no se puede ver a simple vista, ya que está cubierto de un tejido mucoso que ancla la lengua casi por completo al suelo de la boca.

El tratamiento del frenillo lingual corto depende de las características de cada paciente y de cómo afecta a su vida diaria. Cuando es necesario, se recurre a la cirugía para permitir que la lengua se mueva con normalidad.

Síntomas

Los síntomas de la anquiloglosia son:

  • Dificultad para levantar la lengua o moverla hacia los lados.
  • Problemas para sacar la lengua de la boca.
  • Cuando puede sacarse, lengua con forma de corazón.

Es difícil detectar estos síntomas en los recién nacidos, por lo que conviene acudir al médico si presentan dificultades para mamar, se muestran irritables después de comer o no aumentan de peso.

Causas

La anquiloglosia se produce por un exceso de tejido fibrótico en el frenillo lingual, que se vuelve más corto y grueso de lo común.

Factores de riesgo

La mayoría de los niños heredan la anquiloglosia de uno de sus padres, por lo que el factor genético es muy relevante en la aparición de esta anomalía.

Complicaciones

Tener el frenillo lingual corto suele causar:

  • Problemas para alimentarse y, por lo tanto, dificultad para ganar peso.
  • Mastitis o grietas en el pezón de la madre.
  • Dificultad para emitir algunos sonidos como [t], [r] o [s].
  • Respiración oral que provoque apnea del sueño o alteraciones en el desarrollo de la estructura de la boca.
  • Mala higiene bucodental, ya que resulta difícil mover la lengua para limpiarse los dientes.
  • Imposibilidad de utilizar aparatos dentales cuando son necesarios.
  • Problemas de adaptación social o psicológicos como consecuencia de no poder desarrollar determinadas acciones como sacar la lengua, tocar instrumentos de viento o lamer alimentos como el helado.

Prevención

La anquiloglosia no se puede prevenir.

¿Qué médico trata la anquiloglosia?

La anquiloglosia se diagnostica y se trata por los especialistas en Otorrinolaringología y en Cirugía Pediátrica. En ocasiones es necesaria la colaboración de los especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, Logopedia y Odontología.

Diagnóstico

El diagnóstico de la anquiloglosia es sencillo, ya que se detecta mediante la exploración física de la boca y de la lengua.

Tratamiento

El tratamiento de la anquiloglosia varía dependiendo de los síntomas que presente cada paciente.

Algunos bebés con el frenillo lingual corto se alimentan adecuadamente y, cuando crecen, no manifiestan problemas para realizar sus actividades diarias con relativa normalidad. En estos casos, se suele recurrir a sesiones de asesoramiento de lactancia o a terapias del habla y a un seguimiento de la evolución.

Cuando los recién nacidos presentan dificultades para mamar o los niños comienzan a presentar dificultades para hablar o llevar una vida normal, se recurre a la cirugía, que puede ser de dos tipos:

  • Frenotomía: se corta el frenillo para que la lengua pueda moverse con libertad. No suele presentar complicaciones, ya que es una zona que no tiene ni muchas terminaciones nerviosas ni excesivos vasos sanguíneos. En el caso de los bebés, se puede realizar en la consulta y sin necesidad de anestesia, mientras que los niños y los adultos requerirán de anestesia general para someterse al procedimiento.
  • Frenuloplastia: se trata de una intervención quirúrgica más compleja en la que, además de seccionar el frenillo lingual, se reconstruyen las partes necesarias para que la lengua sea funcional. Suele ir acompañada de terapia miofuncional para rehabilitar los músculos.