Cáncer de recto

¿Cuál es la esperanza de vida del cáncer de recto? Toda la información sobre esta enfermedad: causas, síntomas y tratamiento.

Síntomas y causas

El cáncer de recto es la formación de tumores malignos en el revestimiento interno del último tramo del intestino grueso, que acaba en el ano. Debido a sus similitudes, al cáncer de recto y al cáncer de colon se les suele denominar conjuntamente como cáncer colorrectal, aunque sus tratamientos son diferentes.

La mayoría de los cánceres rectales son adenocarcinomas, esto es, se forman a partir de las células epiteliales de la mucosa rectal. El cáncer colorrectal es el tercer cáncer más frecuente en hombres, por detrás del prostático y el pulmonar, y el segundo en mujeres, tras el cáncer de mama. Aunque es la segunda causa de muerte por cáncer, los avances médicos en el diagnóstico precoz y en el tratamiento han aumentado notablemente la esperanza de vida.

Síntomas

Los principales síntomas del cáncer de recto incluyen los siguientes:

  • Rectorragia: presencia de sangre rojiza o muy oscura en las heces.
  • Cambio en el ritmo intestinal: diarrea, estreñimiento o evacuaciones más frecuentes.
  • Tenesmo: sensación de evacuación intestinal incompleta.
  • Heces más estrechas, debido a que el tumor comprime el intestino y no permite el paso normal de las heces.
  • Dolor abdominal causado por gases, cólicos, distensión o hinchazón.
  • Pérdida de peso sin motivo aparente.
  • Cansancio extremo.

Causas

Los tumores se forman por una proliferación descontrolada de las células, que se debe a cambios o mutaciones que ocurren en su ADN. La razón por la que se producen estos cambios genéticos es desconocida, aunque se considera una conjunción de factores ambientales y hereditarios.

El cáncer rectal suele desarrollarse a partir de pequeños crecimientos en la membrana del recto, denóminados pólipos. No obstante, no todos los pólipos se convierten en cáncer. El tipo más frecuentemente asociado a cáncer rectal es el pólipo adenomatoso, o adenoma. El riesgo de derivar en cáncer aumenta cuando hay más de tres pólipos, su tamaño es superior a un centímetro y además presentan displasia, una forma anormal en las células.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un cáncer rectal o colorrectal son estos:

  • Edad: suele presentarse a partir de los 50 años.
  • Antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos.
  • Enfermedades intestinales inflamatorias, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.
  • Trastornos hereditarios, como poliposis adenomatosa familiar o síndrome de Lynch.
  • Tratamientos de radioterapia en la zona abdominal o pélvica.
  • Consumo excesivo de carne roja, procesada o muy hecha.
  • Diabetes tipo 2.
  • Sedentarismo.
  • Obesidad.
  • Tabaquismo.
  • Consumo de alcohol.

Complicaciones

Las complicaciones más habituales del cáncer de recto son:

  • Anemia como consecuencia del sangrado rectal intenso.
  • A medida que el tumor crece, obstrucción intestinal que impide expulsar las heces y que puede requerir cirugía urgente.
  • Perforación en el intestino, que también necesita intervención quirúrgica.
  • Metástasis, especialmente cuando no se detecta a tiempo. El cáncer se disemina a través de la pared intestinal hasta los ganglios linfáticos, el hígado o los pulmones. En estos casos, la recuperación es más difícil.

Prevención

Se puede tratar de prevenir el cáncer de recto actuando contra sus factores de riesgo:

  • Reducir el consumo de carne roja y procesada y aumentar el de vegetales, cereales integrales y lácteos.
  • Evitar el tabaco y disminuir el consumo de alcohol.
  • Mantener un peso saludable.
  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Someterse a pruebas de cribado periódicas, como el test de sangre oculta en heces, para detectar la presencia de pólipos precancerosos. Es especialmente recomendable cuando existen antecedentes familiares.

¿Qué médico trata el cáncer de recto?

El cáncer de recto es evaluado y tratado por los especialistas en Aparato Digestivo y gastroenterología, en cirugía general y en oncología médica o radioterápica.

Diagnóstico

Las pruebas que se realizan para diagnosticar el cáncer rectal pueden incluir las siguientes:

  • Prueba de sangre oculta en heces: se examina una muestra de los excrementos para detectar la presencia de sangre. No es una prueba concluyente, ya que la sangre puede aparecer por otras afecciones, así que, en caso de ser positiva, es necesario realizar más exámenes.
  • Tacto rectal: exploración física del recto que consiste en palpar la zona para identificar masas o anomalías estructurales.
  • Colonoscopia o rectoscopia: mediante un tubo largo y flexible conectado a una cámara (endoscopio) se examina el interior del recto y del colon.
  • Biopsia rectal: se extrae una muestra de los pólipos o de cualquier otro tejido sospechoso encontrado durante la colonoscopia y se analiza para determinar si es canceroso.
  • Pruebas de diagnóstico por imagen: si se confirma la presencia de cáncer en el recto, se puede realizar una resonancia magnética pélvica, una ecografía endorrectal o una tomografía computarizada toracoabdominal para conocer el grado de extensión del cáncer.
  • Análisis de sangre: se mide la concentración del antígeno carcinoembrionario, un marcador tumoral. Esta prueba no se utiliza para diagnosticar el cáncer, sino para controlar la respuesta al tratamiento y detectar una posible recurrencia.

Tratamiento

Generalmente, el cáncer de colon requiere la combinación de tratamientos quirúrgicos y oncológicos:

  • Cirugía para extirpar el tumor. El procedimiento depende de la extensión y ubicación del cáncer.
    • Cirugía transanal o microcirugía endoscópica: si el tumor se encuentra en una fase precoz, se puede realizar una cirugía local a través del ano para extirpar las células cancerosas.
    • Resección anterior de recto: si el tumor está ubicado a más de 10 o 12 centímetros del ano, se extrae una parte o la totalidad del recto junto al tejido circundante y a los ganglios linfáticos cercanos. Una vez extirpado, se conecta el colon con el tramo final del recto (anastomosis colorrectal) o, si se ha extraído el recto completo, se realiza una sutura del colon al ano (anastomosis coloanal).
    • Amputación abdominoperineal: si el tumor se ubica muy cerca del ano o infiltra el esfínter, se extrae todo el recto y el canal anal. Posteriormente, se realiza una colostomía permanente, esto es, una abertura entre el intestino grueso y la pared abdominal en la que se adhiere una bolsa para recoger la material fecal.
  • Radioterapia: se aplican haces de alta energía, como rayos X o protones, para eliminar las células cancerosas.
  • Quimioterapia: se administran fármacos que inhiben el crecimiento celular, por lo que también afecta a las células sanas.
  • Quimiorradioterapia: es habitual aplicar la combinación de ambas terapias, tanto antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor como después, para tratar el cáncer metastásico o con riesgo de reaparecer.
  • Terapia dirigida: en el estadio más avanzado del cáncer, se pueden administrar fármacos que actúan sobre determinados marcadores de las células cancerosas e inhiben su crecimiento.
  • Cuidados paliativos: durante y después del tratamiento se puede proporcionar terapia de apoyo para aliviar los síntomas del cáncer y los efectos secundarios de los tratamientos.
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