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Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

  • Enuresis nocturna en niños (I)

    La enuresis es la emisión involuntaria de orina cuando ya no debería ocurrir. La enuresis nocturna es la que ocurre por la noche y siempre (repito, siempre) cuando el niño duerme ("el niño se hace pis en la cama"). Es 3 veces más frecuente en los varones. Por encima de los 6 ó 7 años requiere tratamiento (pues es tratable y con buenos resultados). Por debajo de los 5 años no se considera anormal (aunque los padres suelen preocuparse antes, y consultar). Entre los 5 y los 7 años, dependiendo de la preocupación paternal, puede (y suele) requerir consulta médica.

    Antes de pasar adelante, lo importante es saber que:

    Enuresis nocturnaEnuresis nocturna

    • Tiene tratamiento (efectivo casi siempre)
    • Espontáneamente tiende a la curación con la edad. Hasta un 25% de niños de 5 años tiene episodios de enuresis nocturna, solo un 10-15% a los 6-8 años y solo un 4% a los 10-12 años. Sin tratamiento, la enuresis tiene una tasa de curación espontánea de alrededor del 15% por año, aunque puede persistir hasta la edad adulta con tasas de pre-valencia de 1-3%.

    Puede ser primaria cuando nunca hubo continencia o no hubo más de 6 meses de control vesical; es el 80% de los casos) o secundaria cuando sí la hubo más de 6 ó más meses seguidos, y dejó de haberla. Puede ser monosintomática cuando solo existe la enuresis; es la mayoría o polisintomática, cuando además hay otros síntomas urinarios o también enuresis por el día.

    Nos ocuparemos, en general, de la primaria y monosintomática, aunque diremos que, entre las secundarias, el estreñimiento puede ocasionarla por presión de un intestino lleno sobre la vejiga de la orina, y los padres no suelen relacionarlo; también las situaciones estresantes y los trastornos del sueño (como la apnea del sueño y otras). Otras causas (más raras) serían la diabetes, hipotiroidismo, infecciones, enfermedad renal, hiperactividad, etc. En principio los padres deben saber que lo más probable es que estas causas raras no sean el origen de la enuresis, y no alarmarse ni alarmar al niño innecesariamente; simplemente, digan al médico lo que ocurre.

    Hay una incidencia familiar grande: si la tuvo uno de los progenitores el riesgo de padecerla es del 43%, y si la tuvieron ambos, es del 77%. Pero ello no quiere decir que "se herede". Los padres pueden no haberla tenido nunca.

    Los factores implicados son tres: el cerebro (dificultad para despertarse cuando se está dormido), una vejiga"inmadura" que no funciona aún del todo bien, y alteraciones del ritmo "circadiano" (ritmo vigilia-sueño, el que hace que estemos activos de día y durmamos por la noche); ello contribuye a una vejiga de la orina con poca capacidad y que se llena enseguida, una mayor producción de orina durante el sueño (al revés de lo que es normal) y una falta de "excitación" de la vejiga cuando se llena (la que hace que sintamos ganas de orinar). También puede haber una ingesta excesiva de agua por el día o antes de dormir (que el médico valorará adecuadamente).

    En los niños pequeños las conexiones entre el cerebro y la vejiga de la orina son inmaduras, y la vejiga de libera cuando está llena, sin más. Más tarde estas conexiones maduran y el niño aprende a controlar cuando vaciar su vejiga. Esto ocurre antes por el día que por la noche.


  • Enuresis nocturna en niños (II)

    La consulta típica es la primaria y monosintomática, generalmente en edad escolar y con gran preocupación o angustia de los padres y/o del niño, mayor cuando más edad; siendo más grave en la preadolescencia, donde los pacientes experimentan dificultades psicosociales. En general la enuresis nocturna se asocia a deterioro de la calidad de vida, trastornos del sueño, ansiedad, menor autoestima y bajo rendimiento académico. Es habitual que los padres describan historias o experiencias familiares en ellos o sus familias.

    El médico evaluará el problema. Adelanto que "las pruebas" (análisis, radiografías, ecografías, etc) solo deben hacerse (si son necesarias, que raramente lo son) después (no antes) de una buena historia clínica y una buena exploración física.

    Enuresis nocturnaEnuresis nocturna

    Se valorará el patrón de crecimiento, desarrollo e hitos de maduración del niño; hábitos diurnos de micción; síntomas anormales como incontinencia diurna, urgencia urinaria o retención con maniobras de sujeción; chorro de orina anormal; micción forzada; hábitos de defecación; estreñimiento, y trastornos del sueño como ronquidos y apneas. También cuanto líquido bebe por el día (y antes de dormir) y sus preocupaciones psicosociales y escolares, así como situaciones estresantes en el ámbito familiar y el posible impacto emocional de la enuresis.

    La mayoría de los pacientes con enuresis primaria tienen un examen físico normal. Se deben examinar los sistemas urogenital, gastrointestinal y hacer una evaluación neurológica, tono, fuerza, reflejos y la sensibilidad de los miembros inferiores. Si todo es normal, el único estudio de laboratorio recomendado es el análisis de orina (descartando infección, presencia de sangre, azúcar, acetona y densidad muy baja). El resto de "`pruebas" quedan para los casos complicados, secundarios, polisintomáticos o que no responden al tratamiento

    El tratamiento (seguimos hablando de la enuresis primaria mono sintomática) debe empezar por la información, la educación de hábitos, la modificación de la conducta, y brindar tranquilidad al niño y la familia. Las modificaciones de la conducta comprenden limitar la ingesta nocturna de líquidos 2 horas antes de acostarse y la de productos lácteos 4 horas antes de acostarse, eliminar las bebidas con cafeína (que no solo está en el café), y orinar antes de dormir.

    Las otras dos opciones de tratamiento de primera línea incluyen la terapia de alarma y la administración de un medicamento llamado "desmopresina" (ambas más efectivas que la modificación de la conducta sin más, aunque ésta no debe suprimirse).

    La alarma es un dispositivo con un sensor que suena en contacto con la humedad de la orina para despertar al niño al comienzo de la micción, quien debe caminar hasta el baño para completarla. Con ello hay cambios en la activación del sueño relacionados con la micción y la generación de una respuesta condicionada, y aumento de la capacidad de la vejiga. Es la estrategia más eficaz, sin embargo, es el método más difícil de emplear: debe usarse todas las noches, puede tardar 3 a 4 meses hasta tener resultados; a veces el paciente no se despierta con el sonido de la alarma, y el progenitor debe llevarlo al baño. Muchos niños se despiertan más de una vez por noche, lo que puede resultar estresante para la familia. La alarme funciona mejor cuanto mayor es el niño. Las ventajas de la terapia de alarma son que ofrece una curación real, sin reincidencia ni efectos adversos. Un paciente se considera curado si ha usado la alarma durante un mes y esta no se activa porque permanece seco.

    La desmopresina es un medicamento análogo a la hormona hipofisaria (arginina-vasopresina), que regula la absorción de agua en el riñón, y durante el sueño se reduce la producción de orina. Está aprobada para el tratamiento de la enuresis primaria en los niños mayores de 6 años. Actúa de inmediato. El tratamiento es diario, nocturno, en comprimidos, evitando beber líquidos una hora antes y 8 horas después; se debe administrar durante al menos 2 a 6 semanas para evaluar la eficacia y mantenerlo durante 3 meses antes de la suspensión. Se aconseja una retirada gradual a fin de reducir la tasa de recaída,

    A veces, en los casos en que también hay enuresis por el día, o fracasa la desmopresina sola, se asocian medicamentos llamados "anticolinérgicos".

    Últimos consejos: Ya dicho: no se alarmen entes de tiempo. No es una enfermedad grave y tiene tratamiento y curación. Nunca regañen ni ridiculicen al niño, ni le comparen con hermanos, primos u otros niños "que no se hacen pis en la cama, y tú sí" (esto es nefasto). Manden al niño a orinar antes de acostarse (y anímenlo a hacerlo cada 2-3 horas durante el día). No le despierte cada dos por tres por la noche "por si hace pis" (ello altera su patrón de sueño). Felicítelo cuando se ha haga pis, y de vez en cuando dele un "premio" (otro premio, la felicitación es el mejor). Si van a otras casas por la noche o a campamentos, el niño debe ir con ropa interior de recambio o desechable y un bóxer por encima (en el comercio venden ropas especiales para estos casos), o hablar con los otros padres o el monitor del campamento sobre el problema.

  • Epilepsias focales autolimitadas de la infancia (y III): epilepsia Rolándica. Comorbilidades.

    Epilepsia rolándicaEpilepsia rolándica

    Los niños con crisis Rolándicas pueden desarrollar, por lo general, anomalías lingüísticas, cognitivas y de comportamiento leves y reversibles durante la fase activa de la enfermedad1-7. Estas pueden ser más graves en niños con inicio de las crisis antes de los 6 o 7 años. Estudios neuropsicológicos detallados han mostrado déficits en muchos subdominios, incluyendo la atención y las funciones ejecutivas, la memoria verbal y visual, habilidades motoras finas, velocidad de procesamiento, habilidades visuoespaciales / visomotoras2. En estudios que investigaron resultados estandarizados de lenguaje y memoria verbal, el rendimiento de los pacientes con epilepsia Rolándica fue inferior al de controles sanos de la misma edad, además el rendimiento puede ser más bajo en tareas visuoespaciales y memoria no verbal, fluidez verbal, denominación rápida y tareas de comprensión de instrucciones, peor a una edad de inicio más temprana2. Un metaanálisis de 23 estudios sobre habilidades lingüísticas y de alfabetización muestra que los déficits más prominentes se encuentran en la lectura de palabras simples, el lenguaje receptivo y expresivo, y el procesamiento fonológico en niños con epilepsia Rolándica4. Pueden existir dificultades en el lenguaje a nivel de palabras, oraciones y discurso, así como dificultades en la lectura y comprensión. También se han observado trastornos del comportamiento: se han documentado comportamientos agresivos, problemas sociales, de atención, autocontrol, impulsividad e interiorizantes (ansiedad, depresión, etcétera), mostrando correlación con problemas de sueño2,4. Existe claramente una mayor incidencia de trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH)3. Este TDAH puede ir, con frecuencia, asociado a trastornos del aprendizaje (hasta el 40%) y, por lo tanto, problemas académicos2,3. Los niños con crisis epilépticas de inicio temprano tienen puntajes más bajos en pruebas de lenguaje, especialmente en fluidez verbal y comprensión. La intensidad de los déficits cognitivos puede mostrar cierta correlación con la abundancia de descargas epileptiformes nocturnas, aunque esto no es siempre constante. No todos los trabajos muestran un efecto cognitivo negativo de la actividad epileptiforme abundante con un tratamiento antiepiléptico agresivo, que normalmente no es necesario1,6.

    Por otro lado, con el desarrollo los pacientes tienden a mejorar, existiendo estudios que no ven diferencias significativas en memoria, lenguaje o funciones ejecutivas entre adolescentes y adultos jóvenes que se han recuperado de la epilepsia Rolándica, con un desarrollo, adaptación social e historia laboral de adulto adecuado, o con pequeñas diferencias no significativas en el lenguaje y las habilidades cognitivas6. Por lo tanto, la enfermedad en sí misma puede formar parte del desarrollo y resultado de la epilepsia y no sólo la actividad de puntas centrotemporales en EEG o los fármacos antiepilépticos1,2.

    El tratamiento farmacológico de la epilepsia Rolándica depende de la frecuencia de crisis, de la intensidad, generalización y número de anomalías en el EEG y de otros factores, que debe de analizar detalladamente un neuropediatra. No siempre debe de pautarse, pero en algunas ocasiones es necesario. Del mismo modo, es importante que el neuropediatra trate las comorbilidades asociadas como el TDAH, o los trastornos de aprendizaje y la patología neuropsiquiátrica, de ser necesario, y no sólo controlar las crisis epilépticas.

    BIBLIOGRAFÍA

    1. Nissenkorn A, Pappo A, Feldmann Y, Heimer G, Bar-Yosef O, Tzadok M, et al. Influence of epileptic activity during sleep on cognitive performance in benign childhood epilepsy with centrotemporal spikes. Eur J Paediatr Neurol 2017;21:858-63.

    2. Bureau M GP, Dravet C, Antonio D-E, Guerrini R, Alberto TC. Epileptic síndromes of infancy, childhood and adolescence. In: Bureau M GP, Dravet C, Antonio DE, Guerrini R, Alberto TC, et al., ed. Epileptic Syndromes In Infancy, Childhood and Adolescence. 6th ed. Montrouge, France: John Libbey Eurotext; 2019.

    3. Kim EH, Yum MS, Kim HW, Ko TS. Attention-deficit/hyperactivity disorder and attention impairment in children with benign childhood epilepsy with centrotemporal spikes. Epilepsy Behav 2014;37:54-8.

    4. Smith AB, Bajomo O, Pal DK. A meta-analysis of literacy and language in children with rolandic epilepsy. Dev Med Child Neurol 2015;57:1019-26.

    5. Berg AT, Rychlik K, Levy SR, Testa FM. Complete remission of childhood-onset epilepsy: stability and prediction over two decades. Brain 2014;137:3213-22.

    6. Vannest J, Tenney JR, Altaye M, Byars AW, Spencer C, Maloney TC, et al. Impact of frequency and lateralization of interictal discharges on neuropsychological and fine motor status in children with benign epilepsy with centrotemporal spikes. Epilepsia 2016;57:e161-7.

    7. Perez-Villena A, Lopez-Marin L, Garcia-Penas JJ, Calleja-Gero ML, Castano-De la Mota C, Losada-Del Pozo R, et al. Epilepsias benignas de la infancia: dificultades académicas y alteraciones comportamentales. Rev Neurol 2012;54:17-23.

  • Epilepsias focales autolimitadas de la infancia (I): epilepsia Rolándica. Síntomas.

    Las epilepsias focales autolimitadas de la infancia, anteriormente consideradas como epilepsias focales idiopáticas, son muy frecuentes. Afectan al 25% de los niños con crisis no febriles (éstas constituyen un capítulo aparte). Comprenden tres síndromes identificables reconocidos por la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE): la epilepsia Rolándica, el síndrome de Panayiotopoulos (SP), que suele incluir crisis versivas (mirada hacia un lado) de los ojos y síntomas autonómicos (palidez, vómitos, etcétera) y la epilepsia occipital infantil idiopática de Gastaut (EOII-G), que es una epilepsia idiopática fotosensible occipital, menos común que la anterior.Epilepsia rolándicaEpilepsia rolándica

    También hay niños con síndromes benignos de crisis focales con síntomas predominantemente afectivos, y otros síndromes infrecuentes asociados con focos apreciables en el electroencefalograma (EEG) en el lóbulo frontal anterior, de línea media o parietales. Los estados neurológicos y mentales y la imagen cerebral son normales, aunque debido a su alta prevalencia, cualquier tipo de crisis focal benigna de la niñez puede ocurrir incidentalmente en niños con déficits neurocognitivos o exploraciones cerebrales anormales. La prueba de diagnóstico más útil es el EEG. Todas estas condiciones pueden estar vinculadas en un amplio síndrome o predisposición de "susceptibilidad a crisis benigna de la infancia (BCSSS)", relacionada con la edad y limitada en el tiempo, que puede estar genéticamente determinado. La realidad es que las epilepsias focales que comienzan durante la niñez son a menudo autolimitadas y generalmente de causa desconocida.

    Hoy hablaremos solo de los síntomas de la epilepsia más frecuente de la infancia: la epilepsia Rolándica (epilepsia autolimitada de la infancia con puntas centrotemporales). El inicio de la enfermedad varía entre el primer y los 14 años, aunque la inmensa mayoría de los casos (75%) comienzan entre los 7 y 10 años. Su prevalencia es alta: al menos el 15% en niños de 1 a 15 años con crisis no febriles.

    Las crisis Rolándicas suelen ser breves, con una duración de 1-3 min. Tres cuartos de las crisis ocurren durante el sueño de movimientos oculares no rápidos (NREM), principalmente al inicio del sueño o justo antes del despertar.

    Las características principales consisten en:

    • Síntomas sensitivos y motores faciales (de la cara) unilaterales, que suelen estar localizadas en el labio inferior o se propagan hacia otras artes de la cara ya veces a la mano ipsilateral (del mismo lado) o incluso hacia el miembro inferior, acabando a veces con una crisis tónico-clónica generalizada. La desviación tónica ipsilateral concurrente de la boca también es común. Los síntomas sensoriales hemifaciales consisten en entumecimiento unilateral principalmente en la comisura de la boca.
    • Manifestaciones orofaringolaringeas. Son síntomas sensoriomotores unilaterales dentro de la boca: entumecimiento o parestesias (hormigueo, pinchazos, sensación de frío). Los síntomas motores de este tipo producen sonidos extraños, como ronquidos, gorgoteos, gruñidos y sonidos guturales, y combinaciones: "Durante su sueño, estaba haciendo ruidos guturales, con la boca hacia la derecha, como si estuviera masticando su lengua". "La escuchamos hacer ruidos extraños como rugidos y la encontramos sin respuesta, con la cabeza levantada de la almohada, los ojos bien abiertos, ríos de saliva saliendo de su boca, rígida".
    • Detención del habla. Las crisis hemifaciales suelen estar asociadas con la incapacidad para hablar e hipersalivación: "El lado izquierdo de mi boca se sentía adormecido y comenzó a moverse y tirar hacia la izquierda, y no podía hablar para decir lo que me estaba sucediendo". Se han reportado signos localizados en una pierna en algunos casos raros. La detención del habla es una forma de anartria. El niño no puede pronunciar una sola palabra inteligible e intenta comunicarse con gestos. "Mi boca se abrió y no podía hablar. Quería decir que no podía hablar. Al mismo tiempo, era como si alguien me estuviera estrangulando".
    • Hipersalivación. Es una manifestación autonómica prominente, a menudo está asociada con crisis hemifaciales, síntomas orofaringolaringeos y detención del habla: "De repente mi boca está llena de saliva, sale como un río y no puedo hablar".

    No todos los signos aparecen en todos los pacientes. Las manifestaciones ictales indicativas de compromiso del lóbulo temporal no ocurren en la epilepsia Rolándica, y el término "centro-temporal" se refiere solo a la topografía de los picos y es en parte un término incorrecto (ver sección de EEG a continuación).

    La conciencia y la recurrencia se mantienen completamente en más de la mitad de las crisis Rolándicas: "Sentí que el aire se me obligaba en la boca, no podía hablar y no podía cerrar la boca. Podía entender bien todo lo que se me decía. Otras veces siento que hay comida en mi boca y también hay mucha salivación. No puedo hablar". En el resto, la conciencia se ve afectada (con frecuencia parcialmente) durante el progreso de la crisis y en un tercio no hay recuerdo de los eventos. La progresión a hemicrisis o crisis tónico-clónicas generalizadas (CTCG) ocurre en alrededor de la mitad de los niños y las hemicrisis pueden ser seguidas por hemiparesia de Todd postictal (una parálisis o paresia de un miembro o dos miembros del mismo lado del cuerpo).

  • Epilepsias focales autolimitadas de la infancia (II): epilepsia Rolándica. Etiología. Patofisiología. Evolución y pronóstico.

    Epilepsia rolándicaEpilepsia rolándica

    La epilepsia Rolándica está determinada genéticamente, pero tanto los factores genéticos como el espectro completo del fenotipo de este síndrome epiléptico son complejos1-3. Al estudiar la genética se abordan las tres características principales dentro de los miembros de la familia de pacientes con epilepsia Rolándica, a saber, trastorno del sonido del habla/dislexia, los puntas centro-temporales del electroencefalograma (EEG) y las crisis Rolándicas7. Estos pacientes tienen 2.5 veces más probabilidades que la población general de tener un trastorno del sonido del habla y 6 veces más probabilidades de tener dislexia5. Este mismo trastorno del sonido del habla y dislexia también aparecen en familiares de pacientes con epilepsia Rolándica, aunque estos mismos familiares no tienen epilepsia2,5. La ocurrencia reportada de crisis febriles varía del 10 al 20%2.

    Las puntas centro-temporales (CTS) del EEG son un componente integral y central del síndrome epiléptico. La prueba de que el CTS del EEG es un rasgo autosómico dominante altamente penetrante se obtuvo en estudios familiares del CTS del EEG2.

    Se han asociado genéticamente las CTS del EEG con alteraciones genéticas como la de los intrones de ELP4 utilizando tanto análisis basados en familias como análisis de casos y controles. ELP4 podría anular parcialmente la función transcripcional de proteínas nucleares y citoplasmáticas, regulando la migración de múltiples tipos celulares, específicamente hacia las funciones del habla/tracto vocal centro-temporales y los circuitos neuronales. Estos resultados podrían explicar el trastorno del sonido del habla premórbido que se presenta en los primeros dos años de vida antes de la edad mediana de inicio de las crisis Rolándicas2,4-7. El análisis de ligamiento genómico completo de las CTS del EEG se ha correlacionado con el cromosoma 11p13. Claramente, hay más genes de epilepsia no definidos además de ELP4, ya que el síndrome se ha vinculado a otros dos loci cromosómicos, a saber, 15q14, 16p13-11.2 (especialmente la duplicación de 16p11.2), entre otros, existiendo una heterogeneidad genética evidente. Además, se han reportado mutaciones en SRPX2, en KCNQ2, KCNQ3 o GRIN2A, un gen en el cromosoma que codifica una subunidad del receptor de glutamato N-metil-D-aspartato, en estos pacientes y en otros síndromes, RBFOX1, RBFOX3, GABRG2, ZDHHC9, PAX6, entre otros2.

    En conclusión, estudios recientes han proporcionado heterogeneidades genéticas y fenotípicas; respaldando un patrón de herencia poligénica y compleja.

    Fisiopatología

    La zona epileptogénica en la epilepsia Rolándica involucra redes neuronales dentro de la corteza del mismo nombre que rodea la fisura central bilateralmente1-7. Esto es congruente con la sintomatología de las crisis. La detención del habla se debe a la anartria atribuida a la pérdida de la potencia y coordinación de la musculatura responsable de la articulación de las palabras. No hay deterioro de las redes de lenguaje corticales2. La hipersalivación se relaciona con la participación de la cisura de Silvio. Por lo tanto, en contraste con las epilepsias focales sintomáticas del adulto de topografía comparable pero más discretamente localizada, la epilepsia Rolándica refleja una inestabilidad madurativa relacionada con la edad de dicha corteza Rolándica inferior (somatosensorial) que representa la cara y la orofaringe bilateralmente2.

    Epilepsia rolándica_2Epilepsia rolándica_2

    Evolución y pronóstico

    El pronóstico para las crisis Rolándicas es invariablemente excelente, con probablemente menos del 2% de riesgo de desarrollar crisis de ausencia y con menos frecuencia crisis tónico-clónicas generalizadas en la vida adulta1-3.

    Raramente (<1%) la epilepsia Rolándica puede evolucionar hacia síndromes más graves con déficits lingüísticos, conductuales y neuropsicológicos, como el síndrome de Landau-Kleffner, la epilepsia focal atípica de la infancia o la epilepsia con punta-onda continua durante el sueño y mioclonías negativas1,5. La remisión generalmente ocurre dentro de los 2-4 años desde el inicio y antes de los 16 años de edad2. El número total de crisis es bajo. La mayoría de los pacientes tienen menos de 10 crisis; entre el 10% y el 20% tienen solo una5. Alrededor del 10% al 20% pueden tener crisis frecuentes, pero estas también remiten con la edad2,5.

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