Cuidar nuestra salud y prevenir el ictus

Con la llegada del otoño y el regreso a la rutina, se nos brinda una excelente oportunidad para reflexionar sobre nuestros hábitos de vida y plantearnos cómo pueden impactar sobre nuestra salud. Tomar conciencia sobre ello e intentar tomar algunas medidas preventivas nos puede ayudar a protegernos de enfermedades serias como es el ictus, una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo. En este artículo exploraremos la importancia de conocer y prevenir los factores de riesgo asociados al ictus, con el objetivo de empezar a introducir progresivamente pequeños cambios que incrementen tanto nuestro nivel de salud como nuestra calidad de vida.

¿Qué es el ictus y por qué es importante prevenirlo?

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro, ya sea por un bloqueo (ictus isquémico) o por la rotura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). Los síntomas incluyen debilidad repentina en un lado del cuerpo, dificultades para hablar o entender, pérdida de visión y dolor de cabeza intenso. Frente a esta patología, la mejor actitud es una buena prevención. Para ello es prioritario conocer cuáles son los factores de riesgo y aprender cómo podemos actuar sobre ellos. Existen varios factores de riesgo asociados al ictus que podemos controlar a través de cambios en nuestro estilo de vida^1,2,3.

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Comencemos con un programa de hábitos saludables

Una vez que reconocemos los principales factores de riesgo que podemos modificar, el siguiente paso será ir incluyendo progresivamente cambios que mejoren nuestra salud a nivel general. Dichos cambios deben ser graduales, no es necesario incluirlos todos a la vez, pero progresivamente podemos añadirlos e ir incorporando los siguientes a medida que nos adaptamos. Lo importante es mantenerlo en el tiempo y que, como hemos dicho, cambiemos los hábitos menos sanos por otros mejores sin que nos suponga un esfuerzo. Piensa en lo positivo que será sentirse bien con uno mismo. Aquí te dejamos algunos consejos para comenzar:

• Planifica tus comidas: Prepara menús saludables y equilibrados que incluyan alimentos ricos en fibra, grasas saludables y proteínas de calidad. La dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, frutos secos y aceite de oliva, ha demostrado reducir el riesgo de ictus⁴. Mantener una dieta equilibrada a lo largo del tiempo reduce significativamente el riesgo de sufrir eventos vasculares, incluido el ictus.
• Mantén una rutina de ejercicio: No necesitas hacer entrenamientos extenuantes. Si a una caminata diaria le incorporamos ejercicios como el yoga o el pilates, puede ser suficiente para mantenerse activo y proteger tanto tu corazón como tu cerebro.
• Deja de fumar: Si el tabaco forma parte de tu vida, este es el momento perfecto para dejarlo. Existen múltiples recursos y apoyos disponibles para ayudarte en este proceso.
• Abstenerse en el consumo de alcohol, o por lo menos reducir su consumo.
• Cuida tu presión arterial: Si no conoces tus niveles de presión arterial, realiza una visita al centro de referencia para obtener una medición y recibir consejos sobre cómo mantenerla dentro de los límites saludables.
• Acude a tu centro de salud: Desde aquí se puede evaluar cada situación particular y establecer el riesgo vascular que cada uno de nosotros podemos tener para así tomar medidas de manera individualizada³.La enfermera desempeña un papel fundamental en este aspecto y nos ayudará a modificar aquellos factores de riesgo presentes en nuestro día a día⁵.

Prevenir el ictus está en nuestras manos. Con pequeños cambios en nuestro estilo de vida podemos reducir considerablemente el riesgo de sufrirlo. Aprovecha este mes de octubre, momento en el que nuestro ritmo de vida vuelve a la normalidad, para hacer una pequeña reflexión y reajustar en nuestros hábitos aquellos aspectos que requieren un cambio.

No olvidemos que prevenir es siempre mejor que curar. Además, con estos pequeños cambios de hábitos no solo realizaremos una prevención sobre el ictus, sino que muchas otras enfermedades verán disminuido su riesgo, además de mejorar nuestro bienestar general.

¡Adelante con ello!

Prof. Elena Arroyo Bello

Bibliografía consultada

1.- Gutiérrez Martínez A, Fernández de Almeida S. El papel de la enfermería pre-ICTUS. Paraninfo Digital. 2023;XVII(36). http://ciberindex.com/p/pd/e36034p

2.- Rodríguez-Yañez M, Gómez-Choco M, López-Cancio E, Amaro S, Alonso de Leciñana M, Arenillas JF, et al. Prevención de ictus en pacientes con hipertensión arterial: recomendaciones del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Neurología. 2021;36:462-471. DOI: 10.1016/j.nrl.2020.04.031.

3.- Palacio-Portilla EJ, Roquer J, Amaro S, Arenillas JF, Ayo-Martín O, Castellanos M, et al. Dislipidemias y prevención del ictus: recomendaciones del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Neurología. 2022;37(2):61-72. DOI: 10.1016/j.nrl.2020.07.027.

4.- García Pastor A, López-Cancio Martínez E, Rodríguez-Yáñez M, Alonso de Leciñana M, Amaro S, Arenillas JF, et al. Recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología para la prevención del ictus. Actuación sobre los hábitos de vida y la contaminación atmosférica. Neurología. 2021;36(6):377-87. DOI: 10.1016/j.nrl.2020.05.018.

5.- Mesa Prieto J. Revisión bibliográfica sobre cuidados de enfermería en pacientes con ictus. Paraninfo Digital. 2024;XVIII(39). Disponible en: http://ciberindex.com/p/pd/e39051p.