Las infecciones respiratorias son un grupo de enfermedades que afectan las vías respiratorias, desde la nariz y la garganta hasta los pulmones. Son motivo frecuente de consulta médica, de fenómenos epidémicos comunitarios, y de bajas laborales. Estas condiciones pueden variar en gravedad, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como la neumonía y, aunque en la mayoría de los casos se trata de procesos banales, en ocasiones se plantean preguntas sobre diferentes aspectos, que pueden generar controversia. Según el Dr. Pere Tudela, responsable asistencial del Servicio de Medicina Interna y Urgencias del Hospital Quirónsalud Badalona, "las infecciones respiratorias causan buena parte de las urgencias que se producen en invierno, pudiendo ser uno de los motivos más frecuentes de ingreso durante todo el año".

Dr. Pere TudelaDr. Pere Tudela



¿Cuáles son los procesos clínicos fundamentales?

Según la porción afectada de la vía respiratoria, se pueden distinguir diferentes entidades.

  • Rinitis: consiste en mucosidad y obstrucción nasal con estornudos.
  • Sinusitis: añade, a los anteriores, dolor en la región frontal o bajo las órbitas.
  • Faringitis: afectación en la que lo que predomina es el dolor al tragar.
  • Laringitis: consiste en cambio o pérdida de la voz.
  • Traqueobronquitis: predomina la tos con o sin expectoración.

En muchos casos estos cuadros se solapan y pueden también presentar fiebre más o menos intensa.

  • Neumonía: es la forma más grave, por afectación pulmonar, y suele presentar fiebre alta, con tos-expectoración, y en ocasiones dolor en el tórax o incluso dificultad para respirar.

¿Cuáles son los microorganismos responsables?

Mayoritariamente son agentes virales como: Rhinovirus, Coronavirus, Gripe, Respiratorio sincitial (VRS), Metapneumovirus, Parainfluenza, virus Epstein-Barr, entre muchos otros. Pero también algunas bacterias, como Neumococo, Legionella, Mycoplasma, Chlamydia, o Haemophilus. La faringitis puede ser viral, o bacteriana por Streptococo. Otros microorganismos como Pseudomonas, Tuberculosis, Tosferina y hongos son infrecuentes, y suelen afectar a pacientes con enfermedades previas.


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El contagio de los virus y algunas bacterias se vehiculiza a través de las gotas de saliva que se desprenden con la tos y los estornudos, junto al contacto por manos. Otros agentes bacterianos son colonizadores en la faringe y se pueden desplazar ocasionalmente por las vías respiratorias de forma descendente. Debemos tener en cuenta que el frío hacer que la mucosa de la nariz se seque y disminuya su cometido como barrera de entrada de virus. Asimismo, cuando bajan las temperaturas pasamos más tiempo en espacios cerrados con otras personas, lo que favorece la propagación aérea de este tipo de microrganismos. Además, algunos factores pueden ser favorecedores de todos estos procesos, como el tabaquismo, la convivencia estrecha y el hacinamiento y la contaminación ambiental. Por otro lado, los pacientes inmunodeprimidos, o los que tienen enfermedades respiratorias de base, pueden ser mucho más susceptibles al contagio.


¿Cuándo consultar en Urgencias y cuándo al médico de familia?

Las infecciones respiratorias pueden tener formas de presentación muy diferentes y de gravedad variable, lo cual implica que se puedan dar muy diferentes escenarios clínicos, y en ocasiones ser difícil asegurar su pronóstico. No obstante, como reglas generales para decidir el ámbito en el que consultar, el Dr. Pere Tudela indica que: "la presencia de fiebre con escalofríos evidentes, dificultad respiratoria, dolor en el tórax o dificultad marcada a la deglución, hacen sospechar procesos graves y por tanto aconsejan consultar en Urgencias". Por el contrario, la mucosidad y obstrucción nasal, estornudos, cambio de voz, o dolores musculares, orientan hacia un proceso viral más leve y pueden ser resueltos en el entorno del médico de familia. La fiebre es variable y en general no ayuda a la distinción, excepto cuando persiste en los días. Para los pacientes inmunodeprimidos (por enfermedad o por tratamientos) o los que tienen enfermedades respiratorias de base, es preciso tener criterios de alerta más específicos.


¿Hay que realizar pruebas diagnósticas complementarias?

Si se sospecha neumonía debe realizarse una radiografía de tórax, que en caso de confirmar el diagnóstico derivará en otros estudios analíticos.

Los estudios microbiológicos, de forma general, están indicados sólo cuando conocer el germen nos puede condicionar la conducta médica, es decir el tratamiento. Disponemos de determinaciones de antígenos en orina para Neumococo y Legionella en el caso de neumonía. Por otra parte, en los últimos años se ha generalizado la utilización de técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la identificación en secreciones respiratorias de diferentes agentes, fundamentalmente virus, con excelentes resultados, aunque deben limitarse según criterio clínico. Otras técnicas como cultivos de sangre y tinciones específicas en muestras de esputo se reservan para casos que requieren ingreso hospitalario.

En la gran mayoría de casos es suficiente con la valoración clínica, sin necesidad de exploraciones complementarias.


¿Es preciso establecer medidas de aislamiento?

El aislamiento estricto se reserva para algunas situaciones de gravedad, como Tuberculosis y Tosferina. En otros casos, como Coronavirus, Gripe y VRS, se realizan aislamientos en los centros hospitalarios, y se recomiendan en domicilio, aunque resultan de más difícil contención, dada su fácil difusión a nivel de la comunidad.


¿Cuándo hay que tomar antibióticos?

En general, sólo están indicados en las infecciones bacterianas, fundamentalmente las neumonías y algunas faringitis (las estreptocócicas). Entre las virales, tan sólo la Gripe y algunos casos de Coronavirus o de VRS tienen un tratamiento farmacológico específico (con indicaciones concretas), el resto sólo requiere medidas sintomáticas.

Hay que recordar que, "la frecuente utilización de antibióticos no indicados tiene repercusiones trascendentes, como la generación de microorganismos resistentes, la posibilidad de efectos secundarios, y el gasto económico farmacéutico" recuerda el Dr. Pere Tudela.


¿Cómo podemos prevenir?

Para las infecciones virales, la transmisión comunitaria entre la población puede disminuir con el uso de mascarillas, la higiene de manos, ventilación de espacios, y cubriendo la cara en la emisión de gotas de saliva con la tos o los estornudos. Disminuir los factores favorecedores como el tabaquismo, el hacinamiento y la contaminación ambiental, también puede ser efectivo.

Algunos virus pueden ser tributarios de vacunación, como el de la Gripe, Coronavirus o VRS, con indicaciones específicas. Y algunas personas pueden tener indicación de vacuna antineumocócica.